30/11/2019, 05:53
(Última modificación: 30/11/2019, 06:08 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
El escualo soltó una sonrisa nostálgica que le desacomodó la quijada. Hubiera estado bien, creía él, que Shaneji estuviera allí para acompañarles. Un dos versus Ryu desde luego que iba a ser una contienda mucho más pareja aún y cuando cuando éste último sobrevivía con un sólo pulmón. Porquelo cierto es que, si existe alguien en Oonindo que puede mantener su superioridad en un campo de batalla aún con su sistema respiratorio lastrado, ese era él. El guerrero de Ébano. El Pararrayos, como le había bautizado el propio Kaido tras haber presenciado el cómo una poderosa centella amarillenta fulgurante de chakra no logró matarlo. Por esa razón el Tiburón y el Dragón se encontraban en tan icónico lugar. Para medirse el uno al otro —y aún así era consciente de que probablemente no tenía oportunidad, tal y como no la tuvo con Zaide, el que no muere—. y para recuperar sensaciones. Para comprobar qué tan grande era la brecha entre, por un lado, Kaido y su nuevo maestro, y por el otro; entre Ryu y su yo antes del mítico Kaji Saiban.
—Sí, puedo ver porqué. Es el lugar predilecto para que los nuestros puedan desenvolverse bien. Agua por todos lados, y con los cadáveres de nuestros ancestros mirándonos desde las tierras del Yomi. ¿Qué más se puede pedir?
»Con que cometruenos, eh —el gyojin desencajó su enorme espada, también, del cinto que llevaba en su espalda. El arma era una especie de sierra de proporciones colosales, cuyos infinitos dientes curvados parecían estar ligeramente tintado de la sangre seca de sus antiguos enemigos—. ¿cómo le llamarías a ésta?
—Sí, puedo ver porqué. Es el lugar predilecto para que los nuestros puedan desenvolverse bien. Agua por todos lados, y con los cadáveres de nuestros ancestros mirándonos desde las tierras del Yomi. ¿Qué más se puede pedir?
»Con que cometruenos, eh —el gyojin desencajó su enorme espada, también, del cinto que llevaba en su espalda. El arma era una especie de sierra de proporciones colosales, cuyos infinitos dientes curvados parecían estar ligeramente tintado de la sangre seca de sus antiguos enemigos—. ¿cómo le llamarías a ésta?