2/12/2019, 22:57
—No. Creo... No creo que ella pueda hacer mucho —respondió la de Kusagakure, acercándose con cautela a la bandida.
La mujer no estaba inconsciente, pero sí se revolvía en el suelo llena de dolor. Aún así, fue una sabia decisión que Ranko alejara el cuchillo con el pie. Solo por si acaso. No le costó demasiado inmovilizar las manos de la criminal tras su espalda, pero sí que recibió varios improperios e insultos de los más variados, y a cada cual más burdo que el anterior, como respuesta a su disculpa.
Ayame, desde la puerta, volvió a suspirar con alivio.
—El tabernero ha ido a buscar a las autoridades para que se hagan cargo de ellos —informó—. Está bien, sólo algo conmocionado y con un moratón en la mejilla, pero se recuperará. Por otra parte... mi clon no ha sido capaz de encontrar al de los sellos explosivos. Mucho me temo que lo hemos perdido.
La mujer no estaba inconsciente, pero sí se revolvía en el suelo llena de dolor. Aún así, fue una sabia decisión que Ranko alejara el cuchillo con el pie. Solo por si acaso. No le costó demasiado inmovilizar las manos de la criminal tras su espalda, pero sí que recibió varios improperios e insultos de los más variados, y a cada cual más burdo que el anterior, como respuesta a su disculpa.
Ayame, desde la puerta, volvió a suspirar con alivio.
—El tabernero ha ido a buscar a las autoridades para que se hagan cargo de ellos —informó—. Está bien, sólo algo conmocionado y con un moratón en la mejilla, pero se recuperará. Por otra parte... mi clon no ha sido capaz de encontrar al de los sellos explosivos. Mucho me temo que lo hemos perdido.