6/12/2019, 01:10
Que no estaba al cien por cien, decía Kaido. Qué frase más extraña. ¿Acaso el sol, cuando las nubes lo ocultan parcialmente en el firmamento, deja de ser menos sol por ello? ¿Acaso pierde su fuego? ¿Acaso si alguien osa llegar hasta él, va a quemar menos por ello?
Que no estaba al cien por cien. Qué frase más inexplicable. ¿Un volcán que no estaba completamente lleno, era menos peligroso por ello? ¿Su lava, por el mero hecho de no tener tanta, quemaba menos? ¿Era entonces seguro adentrarse en sus profundidades?
Que no estaba al cien por cien, le recordaba el Hozuki. Como si eso tuviese importancia. Como si eso fuese a cambiar algo. Los suyos no le llamaban el Gran Dragón por nada. Los que le habían visto no susurraban su nombre con pavor por nada. Los que meramente habían oído hablar de él, no se molestaban en asegurarse de que nadie les escuchaba al articular el nombre de Ryū por nada.
Él era inamovible como las montañas. Él era eterno como el tiempo. Él era invencible, como… ¿Invencible?
Invencible…
… invencible…
…invencible. No, no lo era. Le habían derrotado. Le habían…
Su mente no fue capaz de procesar aquellos pensamientos, como si estuviesen formulados en un idioma desconocido. Uno que nunca había escuchado, uno que nunca había estudiado. La derrota… La derrota no estaba en su diccionario.
Sacudió la cabeza. Formó un sello, y un clon surgió a su lado. Un clon que ejecutó el Sunshin no Jutsu y desapareció del campo de batalla. Contra Zaide, había preparado el clon de antemano. Pero no en todas las batallas uno gozaba del tiempo necesario para reunir chakra natural. Había que estar preparado para todas las circunstancias, y todos los contratiempos.
Tomó a Cometruenos y la alzó en el aire.
La batalla podía dar comienzo.
Que no estaba al cien por cien. Qué frase más inexplicable. ¿Un volcán que no estaba completamente lleno, era menos peligroso por ello? ¿Su lava, por el mero hecho de no tener tanta, quemaba menos? ¿Era entonces seguro adentrarse en sus profundidades?
Que no estaba al cien por cien, le recordaba el Hozuki. Como si eso tuviese importancia. Como si eso fuese a cambiar algo. Los suyos no le llamaban el Gran Dragón por nada. Los que le habían visto no susurraban su nombre con pavor por nada. Los que meramente habían oído hablar de él, no se molestaban en asegurarse de que nadie les escuchaba al articular el nombre de Ryū por nada.
Él era inamovible como las montañas. Él era eterno como el tiempo. Él era invencible, como… ¿Invencible?
Invencible…
… invencible…
…invencible. No, no lo era. Le habían derrotado. Le habían…
Su mente no fue capaz de procesar aquellos pensamientos, como si estuviesen formulados en un idioma desconocido. Uno que nunca había escuchado, uno que nunca había estudiado. La derrota… La derrota no estaba en su diccionario.
Sacudió la cabeza. Formó un sello, y un clon surgió a su lado. Un clon que ejecutó el Sunshin no Jutsu y desapareció del campo de batalla. Contra Zaide, había preparado el clon de antemano. Pero no en todas las batallas uno gozaba del tiempo necesario para reunir chakra natural. Había que estar preparado para todas las circunstancias, y todos los contratiempos.
Tomó a Cometruenos y la alzó en el aire.
La batalla podía dar comienzo.