7/12/2019, 20:06
En el momento que el marionetista asomó la cabeza por la ventana se quedó fascinado, siempre le había llamado la atención del arte de la herrería pero su forma física no le permitía estar más de diez minutos martilleando sin que sus brazos acabasen doloridos. Prestó atención a cada detalle que veía, esperaba que con algo de suerte observara algo en la forja que le diera alguna idea para modificar sus marionetas, pero no tenía mucha pinta de que eso pudiera pasar. Parecían unos aprendices supervisados por el maestro forjando lo que parecía algún tipo de hoja, pero el maestro parecía disgustado con el trabajo de sus aprendices, sobretodo al quebrarse la pieza que estaban trabajando. « Ohhh, que mala suerte, ojalá haber pillado al maestro armero trabajando.»
Takumi vio como tras esto el maestro se retiró y los alumnos se lamentaban mientras comenzaban a recoger, estaba tan absorto esperando poder ver algún arma exótica que ni se dio cuenta de que una pequeña figura se levantó de al lado de la ventana y se puso en camino a la puerta principal. La puerta principal se abrió y cerró, pero el genin ni se dio cuenta hasta que escuchó un grito junto a él.
—¡Ah! —Justo después del grito, antes de que siquiera le hubiera dado tiempo a girarse se oyó un golpe.
Justo en el momento en el que escuchó el golpe Takumi se sobresaltó y se giró hacia el sonido viendo a una chica menor que él, la cual parecía la autora de la voz, caída en el suelo de la entrada de la forja. «Mierda, será familia o algo del armero y se pensara que soy un ladrón o algo peor... Rápido joder, piensa algo...» En esta vergonzosa situación al joven no se le ocurrió otra cosa que realizar una reverencia de 45 grados y pedir disculpas.
—¡Perdón, no soy un ladrón, únicamente tenía curiosidad por lo que estaba pasando dentro!
Se quedó así esperando a la reacción de aquella joven que había salido de la casa, esperando que aceptara sus disculpas y no pensara que las intenciones del marionetista eran otras más oscuras. «Menuda mierda, ya se me puede ir olvidando hacer un pedido aquí de algún arma... Y espera que no me caiga la bronca de algún superior, ya lo que me faltaba.»
Takumi vio como tras esto el maestro se retiró y los alumnos se lamentaban mientras comenzaban a recoger, estaba tan absorto esperando poder ver algún arma exótica que ni se dio cuenta de que una pequeña figura se levantó de al lado de la ventana y se puso en camino a la puerta principal. La puerta principal se abrió y cerró, pero el genin ni se dio cuenta hasta que escuchó un grito junto a él.
—¡Ah! —Justo después del grito, antes de que siquiera le hubiera dado tiempo a girarse se oyó un golpe.
Justo en el momento en el que escuchó el golpe Takumi se sobresaltó y se giró hacia el sonido viendo a una chica menor que él, la cual parecía la autora de la voz, caída en el suelo de la entrada de la forja. «Mierda, será familia o algo del armero y se pensara que soy un ladrón o algo peor... Rápido joder, piensa algo...» En esta vergonzosa situación al joven no se le ocurrió otra cosa que realizar una reverencia de 45 grados y pedir disculpas.
—¡Perdón, no soy un ladrón, únicamente tenía curiosidad por lo que estaba pasando dentro!
Se quedó así esperando a la reacción de aquella joven que había salido de la casa, esperando que aceptara sus disculpas y no pensara que las intenciones del marionetista eran otras más oscuras. «Menuda mierda, ya se me puede ir olvidando hacer un pedido aquí de algún arma... Y espera que no me caiga la bronca de algún superior, ya lo que me faltaba.»