10/12/2019, 19:33
El amejin le estrechó la mano, no sin antes inspeccionarle de arriba abajo, también es normal que no confiara en la primera persona que aparece pero aún así no puso objeción alguna a que el marionetista le echara una mano. El genin de Amegakure parecía parco en palabras, o al menos no le gustaba irse por las ramas, cosa que le agradaba a Takumi pues no era muy propenso a malgastar saliva en cosas trivales.
El shinobi de tez morena se dispuso a seguir al amejin y a la señora a la casa. Esta era muy austera, seguramente no por gusto sino por el escaso poder adquisitivo que tenía la gran mayoría de la población. Se quitó el sandogasa y lo dejó colgando de su espalda según entraron, la señora les guió hasta una habitación cuya ventana tenía la cerradura forzada y en el suelo unas mantas revueltas, no parecía siquiera que la pequeña hubiera dado pelea al secuestrador.
—Escuché un ruido por la noche y... Cuando vine ya era demasiado tarde.
Todo parecía muy claro, al menos el como se la llevaron, pero ¿por qué? «¿Qué habrá llevado a nadie a secuestrar a la niña? Es prácticamente imposible que busquen un rescate, esta señora no podría permitirse pagar nada. Puede ser que la pequeña tenga un Kekkei Genkai o una habilidad especial y los secuestradores busquen venderla o cualquier cosa, pero no se... hay que recabar más infromación.» Estaba claro viendo la habitación que habían venido únicamente a por la niña, no habían removido nada más que las mantas y tuvieron que ser muy rápidos. Además tenía que estar premeditado y planeado, nadie actúa así de forma aleatoria.
—Siento ser tan directo, pero creo que ya tenían elegida a su hija como objetivo de secuestro, todo estaba muy bien planeado. —El kazejin esperaba no haber sido muy duro, pero no se le daban muy bien las palabras y en estos casos prefería ser directo y lo más eficaz posible. —¿Nos puede decir si hay algún enemigo o rival de su marido, suyo o de la niña? O cualquier factor que pueda haber desembocado en el secuestro de la pequeña, toda la información que nos pueda proporcionar por muy nimia que parezca nos es de ayuda para encontrarla.
El shinobi de tez morena se dispuso a seguir al amejin y a la señora a la casa. Esta era muy austera, seguramente no por gusto sino por el escaso poder adquisitivo que tenía la gran mayoría de la población. Se quitó el sandogasa y lo dejó colgando de su espalda según entraron, la señora les guió hasta una habitación cuya ventana tenía la cerradura forzada y en el suelo unas mantas revueltas, no parecía siquiera que la pequeña hubiera dado pelea al secuestrador.
—Escuché un ruido por la noche y... Cuando vine ya era demasiado tarde.
Todo parecía muy claro, al menos el como se la llevaron, pero ¿por qué? «¿Qué habrá llevado a nadie a secuestrar a la niña? Es prácticamente imposible que busquen un rescate, esta señora no podría permitirse pagar nada. Puede ser que la pequeña tenga un Kekkei Genkai o una habilidad especial y los secuestradores busquen venderla o cualquier cosa, pero no se... hay que recabar más infromación.» Estaba claro viendo la habitación que habían venido únicamente a por la niña, no habían removido nada más que las mantas y tuvieron que ser muy rápidos. Además tenía que estar premeditado y planeado, nadie actúa así de forma aleatoria.
—Siento ser tan directo, pero creo que ya tenían elegida a su hija como objetivo de secuestro, todo estaba muy bien planeado. —El kazejin esperaba no haber sido muy duro, pero no se le daban muy bien las palabras y en estos casos prefería ser directo y lo más eficaz posible. —¿Nos puede decir si hay algún enemigo o rival de su marido, suyo o de la niña? O cualquier factor que pueda haber desembocado en el secuestro de la pequeña, toda la información que nos pueda proporcionar por muy nimia que parezca nos es de ayuda para encontrarla.