2/01/2020, 04:43
Takumi tuvo que tomar un desvío en su camino, Notsuba era una ciudad algo problemática, cosa que reafirmó de inmediato en medio de su desvío al encontrarse con una pelea entre tres encapuchados y una mujer. Ella se defendía sin casi dificultad mientras que ellos no le daban cuartel, estaba claro que la mujer podía salir de ahí sin mucha complicación pese a que no parecía tener interés de ello. «Mierda, ¿pero por qué no huye? No entiendo nada...» De repente se fijó en una caja de madera que parecía tener un peso elevado. «Eso... ¡Eso es una caja de marionetas!» Esto al genin le hizo aumentar su interés en la situación, decidiéndose en el acto que iba a ayudar a aquella mujer.
El marionetista se dispuso a sacar un pergamino, color pardo oscuro, de su portaobjetos e inmediatamente se percató de cómo uno de los encapuchados sacó un machete y parecía dispuesto a usarlo. «Joder... Tengo que darme brío.»
—¡Eh vosotros, deteneos ahora mismo! —Takumi gritó firmemente a una distancia segura de unos 12 metros mientras desplegaba el pergamino, del cual salió un humo blanco. —¡Adelante Mono!
Del pequeño pergamino salió una marioneta humanoide, no llegaba por poco al metro de altura, su cara denotaba rasgos simiescos y tenía algo de pelo recogido en un moño bajo; contaba con unos pantalones bombachos blancos con motivos florales carmesíes, siendo esta la única prenda de ropa que llevaba la marioneta y se notaban cómo de cada dedo de las manos salía una cuchilla muy afilada a modo de garras.
Rápidamente mientras guardaba con su siniestra el pergamino en el portaobjetos colocó su diestra en la espalda de la marioneta, momento en el que esta se activó y se colocó en una posición de combate.
—¡Venid si tenéis agallas cobardes! —Esto último Takumi lo de manera seria y amenazante, esperando atraer la atención de los ladrones para que con suerte la mujer pudiera reaccionar.
El marionetista se dispuso a sacar un pergamino, color pardo oscuro, de su portaobjetos e inmediatamente se percató de cómo uno de los encapuchados sacó un machete y parecía dispuesto a usarlo. «Joder... Tengo que darme brío.»
—¡Eh vosotros, deteneos ahora mismo! —Takumi gritó firmemente a una distancia segura de unos 12 metros mientras desplegaba el pergamino, del cual salió un humo blanco. —¡Adelante Mono!
Del pequeño pergamino salió una marioneta humanoide, no llegaba por poco al metro de altura, su cara denotaba rasgos simiescos y tenía algo de pelo recogido en un moño bajo; contaba con unos pantalones bombachos blancos con motivos florales carmesíes, siendo esta la única prenda de ropa que llevaba la marioneta y se notaban cómo de cada dedo de las manos salía una cuchilla muy afilada a modo de garras.
Rápidamente mientras guardaba con su siniestra el pergamino en el portaobjetos colocó su diestra en la espalda de la marioneta, momento en el que esta se activó y se colocó en una posición de combate.
—¡Venid si tenéis agallas cobardes! —Esto último Takumi lo de manera seria y amenazante, esperando atraer la atención de los ladrones para que con suerte la mujer pudiera reaccionar.