3/01/2020, 13:56
—Ayame, no podemos arriesgarnos a perderte después de todo por lo que hemos pasado sólo por tu curiosidad —dijo Daruu, y sus palabras fueron como un mazazo para Ayame, que hundió los hombros con profundo pesar—. Yo también quiero saber lo que hay más allá. Eh, mira, ¿quieres que intente verlo con el Byakugan? —añadió, con un alegre brinco.
—¡Eh, buena idea! —exclamó la kunoichi, con el ánimo realzado de nuevo.
Kōri, junto a los dos muchachos, dejó escapar el aire por la nariz. No quiso aguarles la fiesta, y mucho menos despertar la curiosidad de su hermana pequeña, pero dudaba seriamente que una solución tan sencilla resolviera aquel misterio. El Bosque Azur era un lugar plagado de leyendas y misterios, si fuera tan fácil ya se habría desvelado hace mucho tiempo.
Los tres llegaron en cuestión de minutos a la puerta de la aldea, donde los guardias examinaron el pergamino de misión que les habría de conceder el permiso de salida.
«¿Será una bestia salvaje?» Seguía preguntándose Ayame, distraída. «¿Un oso o algo así? No... Debe ser algo mucho más terrorífico que eso. Quizás sea una especie de monstruo, o... ¡Podría ser un bijuu! Algo tan terrorífico que pudiera matar a cualquiera que se interpusiera en su camino o hacerlo enloquecer... ¡Quizás podría ser uno de tus hermanos, Kokuō!»
Pero Kokuō no respondió.
—¡Eh, buena idea! —exclamó la kunoichi, con el ánimo realzado de nuevo.
Kōri, junto a los dos muchachos, dejó escapar el aire por la nariz. No quiso aguarles la fiesta, y mucho menos despertar la curiosidad de su hermana pequeña, pero dudaba seriamente que una solución tan sencilla resolviera aquel misterio. El Bosque Azur era un lugar plagado de leyendas y misterios, si fuera tan fácil ya se habría desvelado hace mucho tiempo.
Los tres llegaron en cuestión de minutos a la puerta de la aldea, donde los guardias examinaron el pergamino de misión que les habría de conceder el permiso de salida.
«¿Será una bestia salvaje?» Seguía preguntándose Ayame, distraída. «¿Un oso o algo así? No... Debe ser algo mucho más terrorífico que eso. Quizás sea una especie de monstruo, o... ¡Podría ser un bijuu! Algo tan terrorífico que pudiera matar a cualquiera que se interpusiera en su camino o hacerlo enloquecer... ¡Quizás podría ser uno de tus hermanos, Kokuō!»
Pero Kokuō no respondió.