3/01/2020, 23:00
En efecto, los secretos que guardaba la línea genética de los descendientes de Hazama eran muchos y muy variados. Por eso, en ese momento, Akame seguía junto a aquel tipejo moribundo en lugar de haberle abandonado a su suerte. Pese a que Zaide no le caía mal del todo —Akame respetaba la inteligencia, y el calvo había demostrado sobradamente estar dotado de ella—, el exjōnin no era de esas personas altruistas que ayudaban a sanguinarios criminales buscados por todo Oonindo simplemente desde la bondad de su corazón. No, el joven Uchiha quería algo... Y pensaba conseguirlo.
Así pues, Akame se limitó a sonreír con cierta suficiencia ante la respuesta de su compañero de banda.
—Así es, mi estimado pariente. ¿Sabes? Hubo un tiempo en el que yo era un joven soñador, un ninja modelo, que fantaseaba con restituir la gloria de nuestro linaje y devolver a los Uchiha al lugar que les correspondía en Oonindo, por derecho histórico —confesó, aunque no parecía nostálgico—. Pero tú... Lo que has hecho hoy, eso hacía tiempo que yo lo había creído imposible. Has engañado a un Uchiha. Me has engañado a mí.
El exjōnin avanzó un paso, inclinándose sobre el moribundo Zaide. Examinaba su ojo izquierdo, carente de luz.
—Ahora sólo puedo preguntarme... ¿Cómo?
Así pues, Akame se limitó a sonreír con cierta suficiencia ante la respuesta de su compañero de banda.
—Así es, mi estimado pariente. ¿Sabes? Hubo un tiempo en el que yo era un joven soñador, un ninja modelo, que fantaseaba con restituir la gloria de nuestro linaje y devolver a los Uchiha al lugar que les correspondía en Oonindo, por derecho histórico —confesó, aunque no parecía nostálgico—. Pero tú... Lo que has hecho hoy, eso hacía tiempo que yo lo había creído imposible. Has engañado a un Uchiha. Me has engañado a mí.
El exjōnin avanzó un paso, inclinándose sobre el moribundo Zaide. Examinaba su ojo izquierdo, carente de luz.
—Ahora sólo puedo preguntarme... ¿Cómo?