4/01/2020, 02:40
(Última modificación: 4/01/2020, 03:07 por Uchiha Datsue. Editado 6 veces en total.)
Zaide frunció el ceño, al no caer en esa posibilidad. Después de lo mal que había tratado a Brisa Cálida, quizá la familia no estaba del todo contento con él. Aunque, la verdad fuese dicha, había tenido sus motivos de peso para hacer lo que hizo. O quizá, simplemente, Tormenta Pálida estaba dolida en orgullo y enfadada con él por no haberla llamado para el Kaji Saiban.
Decidió probar otra técnica. Jabalí. Caballo. Tigre. Ejecutó a una mano los sellos del Gōkakyū no Jutsu a la perfección, pero el fuego no salió de su boca.
—Me cago en mi puta estampa —se miró la mano buena, con expresión confusa—. Cuando era más joven era capaz de hacerlos a una mano.
Se miró la mano vendada, con los dedos todavía fijos en una posición. Kyūtsuki le había advertido de no hacer el tonto con ellos, o tardarían más en curarle o, incluso, le curarían mal. Luego miró a Akame.
—¿Quién va a pedirle a Money que nos preste uno de sus barcos? —Él no tenía muchas ganas—. ¿Lo echamos a piedra, papel, tijera?
Fue entonces cuando la luz inundó su cerebro y le dio una de esas ideas que le venían de cuando en cuando. Cada vez con menos frecuencia, tenía que admitir. Sonrió para sí, y cuando ambos sacaron su respectiva mano en el juego, Zaide aprovechó para unir su tijera con la figura de Akame, encadenándolo seguidamente con varias figuras más que representaban sellos de mano a una velocidad vertiginosa.
Se agachó para apoyar la palma de la mano en el suelo y…
… un águila se presentó ante ellos. Parecida a Brisa Cálida y Viento Cálido en cuanto al color de las plumas y la forma, pero mucho, mucho más grande.
—¡Tormenta Pálida, cuánto tiempo! Te presento a un… —¿Amigo?—. Ehmm… —¿Compañero?—. A un Uchiha de cabo a rabo. Uchiha Akame.
—¡Uiiiiiiii! Así que sigues con vida —El águila desplegó las alas, y el mero hecho de ponerse a volar empujó a los dos ninjas por la corriente de aire generada—. No sé cómo te atreves a invocarme después de no llamarme para el gran combate.
—Vamos, vamos. Habrá tiempo para que me sermonees, ¿huh? Ahora solo quiero disfrutar un poco de tu compañía, volar contigo como en los viejos tiempos. ¿Qué me dices? —Al menos hasta que se les agotase el contrato, cosa que no duraba demasiado.
—¡Pfffffffff! No sé si te lo mereces.
—Va, venga. ¡Así te cuento cómo terminó el combate! Y, te juro… Te juro que para la próxima gorda te invoco. ¿Qué me dices, huh? Sabes que cumplo mis promesas.
El águila tardó unos eternos instantes en posar sus garras en el suelo. Notaba en su mirada que todavía había rencor y rabia, pero también sabía que el aprecio que sentía por él era superior a todo eso. Y también pudo ver en ella alivio. Alivio por encontrarle con vida, supuso.
—Está bien. Pero harás bien en recordar tu promesa, Uchiha Zaide. O seré yo quien acabe con lo que muchos intentaron.
Zaide hizo una pequeña reverencia en señal de aceptación. Todavía con la cabeza inclinada, hizo una señal con la mano para indicar a Akame.
—Ehm…
—¿Qué? ¿A él también?
----Me salvó la vida, Tormenta Pálida.
Hubo un breve momento de silencio, en el que el águila miró a Akame a los ojos. Luego, su cabeza asintió levemente.
Decidió probar otra técnica. Jabalí. Caballo. Tigre. Ejecutó a una mano los sellos del Gōkakyū no Jutsu a la perfección, pero el fuego no salió de su boca.
—Me cago en mi puta estampa —se miró la mano buena, con expresión confusa—. Cuando era más joven era capaz de hacerlos a una mano.
Se miró la mano vendada, con los dedos todavía fijos en una posición. Kyūtsuki le había advertido de no hacer el tonto con ellos, o tardarían más en curarle o, incluso, le curarían mal. Luego miró a Akame.
—¿Quién va a pedirle a Money que nos preste uno de sus barcos? —Él no tenía muchas ganas—. ¿Lo echamos a piedra, papel, tijera?
Fue entonces cuando la luz inundó su cerebro y le dio una de esas ideas que le venían de cuando en cuando. Cada vez con menos frecuencia, tenía que admitir. Sonrió para sí, y cuando ambos sacaron su respectiva mano en el juego, Zaide aprovechó para unir su tijera con la figura de Akame, encadenándolo seguidamente con varias figuras más que representaban sellos de mano a una velocidad vertiginosa.
[Destreza 100] Es capaz de realizar los sellos manuales con la mano de un compañero cuya Destreza sea también de este nivel, o incluso forzar a un enemigo a formar una serie de sellos uniendo su mano con él, siempre y cuando su Destreza sea igual o inferior a 60 puntos.
Se agachó para apoyar la palma de la mano en el suelo y…
¡¡¡PLUUUUFFFF!!!
… un águila se presentó ante ellos. Parecida a Brisa Cálida y Viento Cálido en cuanto al color de las plumas y la forma, pero mucho, mucho más grande.
—¡Tormenta Pálida, cuánto tiempo! Te presento a un… —¿Amigo?—. Ehmm… —¿Compañero?—. A un Uchiha de cabo a rabo. Uchiha Akame.
—¡Uiiiiiiii! Así que sigues con vida —El águila desplegó las alas, y el mero hecho de ponerse a volar empujó a los dos ninjas por la corriente de aire generada—. No sé cómo te atreves a invocarme después de no llamarme para el gran combate.
—Vamos, vamos. Habrá tiempo para que me sermonees, ¿huh? Ahora solo quiero disfrutar un poco de tu compañía, volar contigo como en los viejos tiempos. ¿Qué me dices? —Al menos hasta que se les agotase el contrato, cosa que no duraba demasiado.
—¡Pfffffffff! No sé si te lo mereces.
—Va, venga. ¡Así te cuento cómo terminó el combate! Y, te juro… Te juro que para la próxima gorda te invoco. ¿Qué me dices, huh? Sabes que cumplo mis promesas.
El águila tardó unos eternos instantes en posar sus garras en el suelo. Notaba en su mirada que todavía había rencor y rabia, pero también sabía que el aprecio que sentía por él era superior a todo eso. Y también pudo ver en ella alivio. Alivio por encontrarle con vida, supuso.
—Está bien. Pero harás bien en recordar tu promesa, Uchiha Zaide. O seré yo quien acabe con lo que muchos intentaron.
Zaide hizo una pequeña reverencia en señal de aceptación. Todavía con la cabeza inclinada, hizo una señal con la mano para indicar a Akame.
—Ehm…
—¿Qué? ¿A él también?
----Me salvó la vida, Tormenta Pálida.
Hubo un breve momento de silencio, en el que el águila miró a Akame a los ojos. Luego, su cabeza asintió levemente.
![[Imagen: Uchiha-Zaide-eyes2.png]](https://i.ibb.co/gwnNShR/Uchiha-Zaide-eyes2.png)