4/01/2020, 16:01
«¿Sellos a una mano? ¡Sí, hombre!» quiso replicar Akame, que en su vida había visto a un ninja capaz de semejante proeza. Había oído historias sí, pero nunca presenciadas con sus propios ojos; aunque, en el fondo, creía a Zaide capaz de eso —y de más—, quizás por ese motivo era su orgullo de Uchiha herido el que se revolvía, visceral. Aquel tipo era tan superior a él —incluso aunque decía estar en sus horas bajas, y no era difícil creerle— que Akame se sentía pequeño. Como un genin recién salido de la Academia. «Pero si de verdad quiero aprender de él, voy a tener que tragarme mi jodido orgullo y aceptar la jerarquía de habilidad que hay entre nosotros», se dijo.
Así que, cuando Zaide le atrapó una mano y finalizó los sellos usándola, a Akame casi se le cayeron los huevos al suelo. Hacer sellos a una mano era una cosa increíble por sí misma, pero ejecutar una técnica utilizando la mano de una víctima involuntaria... Eso ya rayaba en lo imposible. Pero allí estaba el gigantesco águila, levantando polvo y piedrecitas con el batir de sus alas, ante ellos.
Akame cerró la boca antes de que la mandíbula hubiese terminado de desencajársele y se limitó a asentir, todavía aturdido, y a subir tras Zaide al lomo del pájaro. Todavía recordaba cómo otra de las invocaciones del veterano Uchiha se había revuelto contra él, acusándole de robar la pluma que descansaba sobre su oreja izquierda, per la llamada "Tormenta Pálida" no parecía darle importancia... O tal vez era más vieja, y más sabia.
Así que, cuando Zaide le atrapó una mano y finalizó los sellos usándola, a Akame casi se le cayeron los huevos al suelo. Hacer sellos a una mano era una cosa increíble por sí misma, pero ejecutar una técnica utilizando la mano de una víctima involuntaria... Eso ya rayaba en lo imposible. Pero allí estaba el gigantesco águila, levantando polvo y piedrecitas con el batir de sus alas, ante ellos.
Akame cerró la boca antes de que la mandíbula hubiese terminado de desencajársele y se limitó a asentir, todavía aturdido, y a subir tras Zaide al lomo del pájaro. Todavía recordaba cómo otra de las invocaciones del veterano Uchiha se había revuelto contra él, acusándole de robar la pluma que descansaba sobre su oreja izquierda, per la llamada "Tormenta Pálida" no parecía darle importancia... O tal vez era más vieja, y más sabia.