7/01/2020, 19:50
Uno de los jinchuurikis. Claro, claro… Ahora que le venía a la memoria, había oído hablar de ellos cuando su mente no estaba del todo nublada por el omoide. Habían matado a un Uzukage, aquellos dos bastardos. Solo por eso tenían su respeto.
Por desgracia, no sabía mucho más. Ni siquiera había oído hablar de aquel follón que Akame le relataba. Demasiado tiempo encerrado en la Prisión del Yermo, desconectado del mundo. ¿Qué habría pasado luego? ¿Cómo estarían las relaciones entre Villas después de semejante choque? Las tornas se habían cambiado y ahora era el mayor de los Uchiha quien quería saber, y nadie mejor que Akame para contárselo.
No obstante, sintió la tensión entorno a los ojos de él cuando replicó que ni Datsue ni nadie conocía el poder de su ojo derecho. Zaide sostuvo su mirada por unos largos segundos, y rompió la tensión esbozando una pequeña sonrisa. Supuso que lo mejor para su salud era no averiguarlo nunca. «Ya me gustaría a mí que nadie supiese el poder del mío». Oh, la carta de la sorpresa. Gastada demasiado tiempo atrás. Incluso Ryū sabía qué hacía.
—Oye —frunció el ceño—. Acabas de decir: por algo se llamaban los Hermanos del Desierto. Se llamaban. —En estricto pasado—. ¿Le pasó algo al hermano de Datsue, o qué?
Por desgracia, no sabía mucho más. Ni siquiera había oído hablar de aquel follón que Akame le relataba. Demasiado tiempo encerrado en la Prisión del Yermo, desconectado del mundo. ¿Qué habría pasado luego? ¿Cómo estarían las relaciones entre Villas después de semejante choque? Las tornas se habían cambiado y ahora era el mayor de los Uchiha quien quería saber, y nadie mejor que Akame para contárselo.
No obstante, sintió la tensión entorno a los ojos de él cuando replicó que ni Datsue ni nadie conocía el poder de su ojo derecho. Zaide sostuvo su mirada por unos largos segundos, y rompió la tensión esbozando una pequeña sonrisa. Supuso que lo mejor para su salud era no averiguarlo nunca. «Ya me gustaría a mí que nadie supiese el poder del mío». Oh, la carta de la sorpresa. Gastada demasiado tiempo atrás. Incluso Ryū sabía qué hacía.
—Oye —frunció el ceño—. Acabas de decir: por algo se llamaban los Hermanos del Desierto. Se llamaban. —En estricto pasado—. ¿Le pasó algo al hermano de Datsue, o qué?