8/01/2020, 13:28
Al Sharingan de Akame le siguió el de Zaide, brillando en su único ojo sano como una señal de advertencia, de peligro. El chakra de las bandidas brillaba con relativa fuerza, con tanta o casi tanta como la de Akame, aunque ni de coña contaban con la abundancia de este último. A todas luces, kunoichis de nivel medio.
—Oh, yo nada, monada —respondió a Akame la que parecía ser la líder—. Pero ese suelo de ahí quiere que le presentéis vuestras pertenencias.
Sonrió.
—¡Oi! ¿Cuál es el dicho sobre los Uchiha? —preguntó, al distinguir el rojo en sus miradas.
—¿Qué son más melodramáticos que un ribereño del Sur hablando de uno del Norte?
—¿Qué son más melodramáticos que un ribereño del Norte hablando de uno del Sur?
—¿Qué nunca se les debe enfrentar en igualdad numérica?
—¡Eso! ¡Eso mismo! —exclamó al oír lo último—. ¡Suerte que somos cuatro y ellos dos, ¿hmm?! ¡Chicos, de verdad, no queremos problemas! Vosotros dejad en el suelo la pasta, las armas y los sándwiches. Nosotras nos acercamos a quitaros de encima tan pesadas cargas, ¡y desaparecemos de vuestras vidas para siempre!
—Oh, yo nada, monada —respondió a Akame la que parecía ser la líder—. Pero ese suelo de ahí quiere que le presentéis vuestras pertenencias.
Sonrió.
—¡Oi! ¿Cuál es el dicho sobre los Uchiha? —preguntó, al distinguir el rojo en sus miradas.
—¿Qué son más melodramáticos que un ribereño del Sur hablando de uno del Norte?
—¿Qué son más melodramáticos que un ribereño del Norte hablando de uno del Sur?
—¿Qué nunca se les debe enfrentar en igualdad numérica?
—¡Eso! ¡Eso mismo! —exclamó al oír lo último—. ¡Suerte que somos cuatro y ellos dos, ¿hmm?! ¡Chicos, de verdad, no queremos problemas! Vosotros dejad en el suelo la pasta, las armas y los sándwiches. Nosotras nos acercamos a quitaros de encima tan pesadas cargas, ¡y desaparecemos de vuestras vidas para siempre!