8/01/2020, 21:18
Akame se obligó a mirar a los ojos a aquella renegada hasta que exhaló su último aliento. No porque quisiera endurecerse —a él nunca le había hecho falta entrenar aquello, tenía "callo" en los pocos escrúpulos que le quedaban desde pequeñito—, sino porque era la segunda vez que le quitaba la vida a un compatriota. O ex-compatriota, si es que era posible dejar de ser shinobi realmente. No, lo hizo porque esta vez su mano había sido movida por una decisión consciente, meditada, con la sangre templada. Cuando se había vengado de Chokichi, asesinándole en su propia cama, habían sido la rabia y la frustración sus compañeras de viaje... No ahora.
Ignoró el olor de las deposiciones del cadáver y usó sus ropas para limpiarse la sangre, tanto de ella como de su fallecida compañera. Luego guardó sus armas y mientras Zaide registraba el resto de los cuerpos en busca de botín, por paupérrimo que fuese, Akame se encendió un cigarrillo y empezó a fumar.
Lo que le dijo aquel veterano Uchiha le supo a un dulce amargo. Por una parte, todavía quedaba en él cierto orgullo profesional que le empujaba a hinchar el pecho como un pavo ante aquel cumplido. Por la otra, la mayor y la que le acabó arrancando un gesto de molestia, sentía que acababa de revelar unas cuantas cartas a un tipo todavía más peligroso que él. Cartas que en un momento dado podrían haberle sido útiles.
¿Es que Akame no confiaba en Zaide? Por supuesto que no. Uchiha Akame ya no confiaba en nadie.
Ignoró el olor de las deposiciones del cadáver y usó sus ropas para limpiarse la sangre, tanto de ella como de su fallecida compañera. Luego guardó sus armas y mientras Zaide registraba el resto de los cuerpos en busca de botín, por paupérrimo que fuese, Akame se encendió un cigarrillo y empezó a fumar.
Lo que le dijo aquel veterano Uchiha le supo a un dulce amargo. Por una parte, todavía quedaba en él cierto orgullo profesional que le empujaba a hinchar el pecho como un pavo ante aquel cumplido. Por la otra, la mayor y la que le acabó arrancando un gesto de molestia, sentía que acababa de revelar unas cuantas cartas a un tipo todavía más peligroso que él. Cartas que en un momento dado podrían haberle sido útiles.
¿Es que Akame no confiaba en Zaide? Por supuesto que no. Uchiha Akame ya no confiaba en nadie.