10/01/2020, 19:16
Aunque el joven Uchiha trató de reprimirlo con todas sus fuerzas, asomó: ahí estaba. Un brillo pequeño pero evidente para un observador avispado, un destello de ambición en sus ojos. Como shinobi experimentado, Akame era plenamente consciente de lo que implicaba firmar un Pacto de Sangre con una Familia Animal. Aquello era más que un simple trueque, era un acuerdo para toda la vida que ambas partes se comprometían indisolublemente a cumplir. Akame había entrado en aquella gruta buscando la sabiduría de los antiguos Uchiha que Zaide le había prometido, pero lo que encontró finalmente fue la de la Familia Hebi.
Difícil decir cuál de las dos sería más valiosa.
—Me parece justo, Shikage —dijo, al fin, para luego repetir en voz más baja—. Me parece justo.
Aunque primero, claro, había que cumplir con las demandas de la Sombra de Muerte. Y algo le decía al joven renegado que si su presa era una bestia tal que ni la propia serpiente gigante había sido capaz de matar, no iba a ser una tarea fácil. Sin embargo, Akame no dejó que las posibles dificultades de su empresa le disuadieran de tomar aquella senda: estaba decidido.
—Vayamos por partes, entonces. ¿Dónde podré encontrar a esta serpiente que quieres que liquide para ti? —quiso saber—. Y cualquier cosa que puedas contarme de ella me será útil.
Difícil decir cuál de las dos sería más valiosa.
—Me parece justo, Shikage —dijo, al fin, para luego repetir en voz más baja—. Me parece justo.
Aunque primero, claro, había que cumplir con las demandas de la Sombra de Muerte. Y algo le decía al joven renegado que si su presa era una bestia tal que ni la propia serpiente gigante había sido capaz de matar, no iba a ser una tarea fácil. Sin embargo, Akame no dejó que las posibles dificultades de su empresa le disuadieran de tomar aquella senda: estaba decidido.
—Vayamos por partes, entonces. ¿Dónde podré encontrar a esta serpiente que quieres que liquide para ti? —quiso saber—. Y cualquier cosa que puedas contarme de ella me será útil.