Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#58
Yamato esperaba ansioso, insistiendo con la mirada. El amejin tomó asiento, su compañera lo seguiría. El alborotador hizo caso omiso a las palabras de Ranko obviando que lo ayudarían, o tal vez era que no le importaba tanto el resultado de aquella conversación.

Okey, bueno, la cosa va un poco así. Ya sé, primero lo primero, ¿por qué estamos aquí? No tiene mucho sentido, ¿no? Bueno, lo tiene.— Yamato no esperaba ningún tipo de respuesta, solo dos gennin con ganas de escuchar.

Soy de un pueblo a unos kilómetros al norte de Notsuba. Se llama Gero, y tenemos unos vecinos, un pueblo cerca nuestro. Conocido como Gujo. En ninguno de los dos somos muchas personas, unas pocas decenas, tan pocas que apenas si tenemos algo de actividad comercial. Criamos unos pocos animales, vendemos sus pieles acá en Notsuba y luego vivimos una vida tranquila. El tema es que hace poco tiempo la relación entre los dos pueblos comenzó a complicarse.

Yamato se detuvo, se puso de pie, y se acercó a una pequeña mesa contra la pared que tenía una jarra con agua y varios vasos. Sirvió para él, preguntó con la mirada si algunos de los gennin quería— Karamaru negaría amablemente con la cabeza— y volvería a su asiento para tomar un trago y continuar con el relato.

Hace algunas semanas hubo un encuentro un tanto agresivo entre dos hombres de ambos pueblos aquí en Notsuba. Vendían lo mismo, en el mismo lugar. Empezó en pelea de precio, luego comenzó la pelea verbal, y terminó llegando a lo físico. Y uno pensaría que ya quedaba, pues parece que no. A los pocos días de volver Haruo al pueblo lo encontramos asesinado en su propia casa. No quisimos asumir que fueron los de Gujo, pero desde ese momento comenzaron a romper un poco la relación entre los pueblos. Al mes encontramos de la misma manera a la mujer de Haruo.— volvió a detenerse, agachó la mirada tras terminar de hablar con una voz casi quebrada. Estaba claro que no estaba acostumbrado a tratar con gente muerta.

Seguimos sin saber si fueron ellos, pero tenían hijos y tememos por ellos. Ya incluso tememos por todos. No nos creyeron cuando vinimos a pedir ayuda y por eso empezamos estas manifestaciones para ver si podíamos siquiera llamar la atención. Ya van días y no tenemos ni un poco de suerte, esa es nuestra situación. Es una mierda y el miedo nos está consumiendo. Son shinobi, kunoichi, tienen más herramientas que nosotros. Cualquier mínimo de asistencia podría ayudarnos un montón.

Yamato terminó de hablar con los ojos brillosos, con la voz ronca y limpiándose la nariz de mocos con la muñeca. Karamaru se asombraba a cada palabra que iba diciendo y a cada una que pasaba se sentía más idiota por haber llegado con mal humor al encuentro, sin tener cuidado de las situaciones de los demás.

Emmm… su-su-supongo...— llegó a titubear en una respuesta mucho más digna de Ranko que de él mismo.
Hablo ◘  Pienso ◘  Telepatía
Responder


Mensajes en este tema
Lo que usté tenía era sé - por Sagiso Ranko - 30/08/2019, 23:19
RE: Lo que usté tenía era sé - por Yamanaka Karamaru - 14/01/2020, 03:22


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.