15/01/2020, 13:06
«¿La "Táctica Aplastabijuus"? ¿De qué cojones...?»
Akame observaba, paciente como un auténtico depredador, el desarrollo de la acción. Ya había localizado a Raito y su alumno, y también a la serpiente —no era difícil—; ahora sólo esperaba a ver el desenlace. Fuera quien fuese que se alzara vencedor, a él le beneficiaría enormemente. Aquella escena estaba repleta de enemigos matándose entre sí.
Sin embargo, lo que no estaba ni de lejos previsto fue lo que los shinobi del Remolino ejecutaron para intentar vencer a la bestia viperina. Akame siguió con la mirada el recorrido de ambos por los cielos, pero cuando de repente una enorme masa de carne gigantesca se infló sobre su cabeza, el Uchiha no pudo encontrarse más confuso.
«¿¡De qué cojones...!?», se repitió para sí.
No tenía tiempo de pensar. De un salto bajó del árbol mientras sus manos se contorsionaban en el sello del Perro. Apenas sus pies tocaron la tierra, ésta cedió como si estuviera hecha de gelatina, tragándose por completo al joven Uchiha tan sólo un instante antes de que aquella enorme mole Akimichi cayera sobre el bosque, previsiblemente destruyéndolo todo.
Tan sólo cuando estuviera seguro de que no iba a tener varias toneladas de peso sobre su cabeza, Akame asomaría a la superficie para comprobar el resultado de la ofensiva combinada de los uzujin.
Akame observaba, paciente como un auténtico depredador, el desarrollo de la acción. Ya había localizado a Raito y su alumno, y también a la serpiente —no era difícil—; ahora sólo esperaba a ver el desenlace. Fuera quien fuese que se alzara vencedor, a él le beneficiaría enormemente. Aquella escena estaba repleta de enemigos matándose entre sí.
Sin embargo, lo que no estaba ni de lejos previsto fue lo que los shinobi del Remolino ejecutaron para intentar vencer a la bestia viperina. Akame siguió con la mirada el recorrido de ambos por los cielos, pero cuando de repente una enorme masa de carne gigantesca se infló sobre su cabeza, el Uchiha no pudo encontrarse más confuso.
«¿¡De qué cojones...!?», se repitió para sí.
No tenía tiempo de pensar. De un salto bajó del árbol mientras sus manos se contorsionaban en el sello del Perro. Apenas sus pies tocaron la tierra, ésta cedió como si estuviera hecha de gelatina, tragándose por completo al joven Uchiha tan sólo un instante antes de que aquella enorme mole Akimichi cayera sobre el bosque, previsiblemente destruyéndolo todo.
Tan sólo cuando estuviera seguro de que no iba a tener varias toneladas de peso sobre su cabeza, Akame asomaría a la superficie para comprobar el resultado de la ofensiva combinada de los uzujin.