16/01/2020, 11:51
El amejin entró a la posada justo para ver la bochornosa actuación de aquel ebrio hombre. Llevaba la bandana oculta bajo el cerrado cuello de su túnica para no llamar la atención en aquel lugar. No iba a judgarle por actuar así mientras estaba bajo los efectos de la bebida, sino más bien por haber bebido en sí. Odiaba con bastante intensidad el alcohol y las drogas por los efectos que tenía sobre las personas y en qué las convertía. Debía actuar con cautela, al menos mientras estuviera en un establecimiento público. Sabía que sus técnicas destrozarían el local en unos segundos y aquel cantinero no tenía culpa de nada.
-Un té verde, por favor -Pidió el genin con su túnica totalmente abrochada y un gesto serio y casi inexpresivo, como de costumbre.
Se dedicó a observar a aquel hombre y la escena general del bar. No parecia que nadie festejara nada en absoluto, salvo aquel inconsciente borracho al que todos miraban de manera extraña... Esperaría hasta que el tabernero le sirviese la consumicion, y si lo hacía, dejaría el pago justo sobre la barra, para acercarse a una mesa que estuviera libre cerca del ebrio hombre, para observarle de cerca por el momento. Cuando abandonara el establecimiento y estuviera aún más débil por la ingesta tan grande de alcohol le seguiría hasta que estuvieran completamente solos. No quería arriesgarse a un ataque en público ni a desvelarse como genin a las ordenes de Yui. Después de lo que había visto en Notsuba, había aprendido que ser una fuerza de ley era peligroso y había que andar con cuidado fuera de las aldeas.
Intentó medir a ojo si el hombre parecía experimentado o solo un inútil. Ver si llevaba algún tipo de arma, su complexión, alguna cicatriz reveladora, que equipo llevaba consigo... Algo así como un análisis para intentar medir cuan peligroso podría llegar a ser estando tan borracho. No se podía fiar demasiado de su estado ya que había visto a algunos shinobis practicar un taijutsu formidable en estado de ebriedad que habiendo estado serenos no habrían podido utilizar con tanta eficacia, por lo que, no bajaría la guardia y se intentaría valer de su poco llamativo aspecto por el momento.
-Un té verde, por favor -Pidió el genin con su túnica totalmente abrochada y un gesto serio y casi inexpresivo, como de costumbre.
Se dedicó a observar a aquel hombre y la escena general del bar. No parecia que nadie festejara nada en absoluto, salvo aquel inconsciente borracho al que todos miraban de manera extraña... Esperaría hasta que el tabernero le sirviese la consumicion, y si lo hacía, dejaría el pago justo sobre la barra, para acercarse a una mesa que estuviera libre cerca del ebrio hombre, para observarle de cerca por el momento. Cuando abandonara el establecimiento y estuviera aún más débil por la ingesta tan grande de alcohol le seguiría hasta que estuvieran completamente solos. No quería arriesgarse a un ataque en público ni a desvelarse como genin a las ordenes de Yui. Después de lo que había visto en Notsuba, había aprendido que ser una fuerza de ley era peligroso y había que andar con cuidado fuera de las aldeas.
Intentó medir a ojo si el hombre parecía experimentado o solo un inútil. Ver si llevaba algún tipo de arma, su complexión, alguna cicatriz reveladora, que equipo llevaba consigo... Algo así como un análisis para intentar medir cuan peligroso podría llegar a ser estando tan borracho. No se podía fiar demasiado de su estado ya que había visto a algunos shinobis practicar un taijutsu formidable en estado de ebriedad que habiendo estado serenos no habrían podido utilizar con tanta eficacia, por lo que, no bajaría la guardia y se intentaría valer de su poco llamativo aspecto por el momento.