16/01/2020, 17:37
—¿Preguntas? Mmm… vale. —Hubo un dejo de molestia inicial, como si le costara entender que no podían buscar a nadie si no tenían pistas.
Kazuma le sugirió llevar las notas por él, lo que le devolvió la emoción.
—¡Ooh! ¡Como un detective! ¡Sí! —exclamó, asintiendo repetidamente.
Naohiko, entendiendo la intención de Nubu, se inclinó levemente para prestarle atención.
—Yodō-san… esto… ¿Cuándo? Y ¿Dónde? —repitió el niño, sin pensarlo mucho —¿Notaron algo extraño?
—Ahm… Sí, por supuesto. Fue muy temprano hoy —La mujer les hizo un gesto para que la siguieran, y los guió por el borde del jardín, rodeó la casa hasta el jardín trasero. Allí, en medio de la explanada había un par de muñecas de madera, pintadas, tiradas descuidadamente sobre el césped. Se podía ver un rastro en la pared opuesta: una serie de quemaduras que ascendía hasta las tejas, varias de las cuales estaban rotas.
—Oh… —Nubu tragó saliva, mientras que Naohiko se llevó el dorso de la mano a la frente de manera dramática.
—Oooh… Mi pobre Sasayami-chan estaba jugando aquí. Escuché un ruido raro, como si varios pájaros cantaran de la nada y se fueran sin más. No le presté mucha atención a eso. Luego llamé a mi hija a desayunar y no hizo caso. Lógicamente salí a verla. ¡Y oh, pobre! ¡Ya no estabaaabaaa!
Comenzó a "llorar" de nuevo. Ranko sintió algo de ganas de reír, pero la preocupación de qué tanto estaba planeado le revoloteaba en la cabeza.
"Sasayami-san debe estar bien, ¿Verdad? ¿Verdad?"
—¿Pájaros? ¿Se la llevaron…? —Volteó a ver a cada uno de los genin —. ¿Se la llevaron los pájaros?
Kazuma le sugirió llevar las notas por él, lo que le devolvió la emoción.
—¡Ooh! ¡Como un detective! ¡Sí! —exclamó, asintiendo repetidamente.
Naohiko, entendiendo la intención de Nubu, se inclinó levemente para prestarle atención.
—Yodō-san… esto… ¿Cuándo? Y ¿Dónde? —repitió el niño, sin pensarlo mucho —¿Notaron algo extraño?
—Ahm… Sí, por supuesto. Fue muy temprano hoy —La mujer les hizo un gesto para que la siguieran, y los guió por el borde del jardín, rodeó la casa hasta el jardín trasero. Allí, en medio de la explanada había un par de muñecas de madera, pintadas, tiradas descuidadamente sobre el césped. Se podía ver un rastro en la pared opuesta: una serie de quemaduras que ascendía hasta las tejas, varias de las cuales estaban rotas.
—Oh… —Nubu tragó saliva, mientras que Naohiko se llevó el dorso de la mano a la frente de manera dramática.
—Oooh… Mi pobre Sasayami-chan estaba jugando aquí. Escuché un ruido raro, como si varios pájaros cantaran de la nada y se fueran sin más. No le presté mucha atención a eso. Luego llamé a mi hija a desayunar y no hizo caso. Lógicamente salí a verla. ¡Y oh, pobre! ¡Ya no estabaaabaaa!
Comenzó a "llorar" de nuevo. Ranko sintió algo de ganas de reír, pero la preocupación de qué tanto estaba planeado le revoloteaba en la cabeza.
"Sasayami-san debe estar bien, ¿Verdad? ¿Verdad?"
—¿Pájaros? ¿Se la llevaron…? —Volteó a ver a cada uno de los genin —. ¿Se la llevaron los pájaros?
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