16/01/2020, 18:51
El amejín se mantuvo atento durante un rato, pero no escuchó nada en absoluto por el momento. Parecía como si se hubiera esfumado quien quiera que fuera o, simplemente, no había sido nadie y se lo había imaginado. En cualquier caso, le había sorprendido bastante escuchar un ruido tan cerca y que después se hubiese esfumado, simplemente era extraño. Un instantes después, resolvió que lo mejor era proseguir la marcha.
-Quizás hayan sido cosas mías, en cualquier caso, no podemos bajar la guardia -Dijo mientras comenzaba a caminar de nuevo tras su mapache, esperando que su compañero le siguiera.
Pasaron varios minutos y el mapache se alejó del camino y comenzó a moverse campo a través, entre pequeños setos de aspecto seco y vegetación húmeda que empapaba sus vestiduras. No era un sitio para nada cómodo para circular, pero por lo que parecía, no había otra opción... Llegados al punto de haber perdido de vista el camino y haber entrado en una cueva, la luz escaseaba ligeramente y el mapache se detuvo, dando una vuelta sobre sí mismo delante de Kisame. Parecía que aquí se perdía el rastro, o al menos, él no podía seguirlo más allá. Se detuvo unos instantes y comenzó a otear los alrededores con la escasa luz.
Se trataba de una cueva con poca vegetación, se notaba bastante que no mucha gente solía frecuentarla, ya que no había sendero hasta ella, sin embargo, el camino hacia ella había sido literalmente en línea recta hasta allí. Si realmente tenían a la niña allí, el presunto raptor o chico con el que se había fugado no se había calentado demasiado la cabeza en esconderla pues estaban a poco más de medio kilómetro del pueblo. Se podía percibir bastante humedad en el ambiente, tanta que el olor era algo desagradable aún en la entrada, podría ser que eso hubiese despistado al mapache, al fin y al cabo, no era del todo infalible aunque el genin confiase totalmente en él.
-Odio decir esto, pero creo que hasta aquí podemos seguir el rastro -Dijo en un tono de voz bastante bajo.
-Quizás hayan sido cosas mías, en cualquier caso, no podemos bajar la guardia -Dijo mientras comenzaba a caminar de nuevo tras su mapache, esperando que su compañero le siguiera.
Pasaron varios minutos y el mapache se alejó del camino y comenzó a moverse campo a través, entre pequeños setos de aspecto seco y vegetación húmeda que empapaba sus vestiduras. No era un sitio para nada cómodo para circular, pero por lo que parecía, no había otra opción... Llegados al punto de haber perdido de vista el camino y haber entrado en una cueva, la luz escaseaba ligeramente y el mapache se detuvo, dando una vuelta sobre sí mismo delante de Kisame. Parecía que aquí se perdía el rastro, o al menos, él no podía seguirlo más allá. Se detuvo unos instantes y comenzó a otear los alrededores con la escasa luz.
Se trataba de una cueva con poca vegetación, se notaba bastante que no mucha gente solía frecuentarla, ya que no había sendero hasta ella, sin embargo, el camino hacia ella había sido literalmente en línea recta hasta allí. Si realmente tenían a la niña allí, el presunto raptor o chico con el que se había fugado no se había calentado demasiado la cabeza en esconderla pues estaban a poco más de medio kilómetro del pueblo. Se podía percibir bastante humedad en el ambiente, tanta que el olor era algo desagradable aún en la entrada, podría ser que eso hubiese despistado al mapache, al fin y al cabo, no era del todo infalible aunque el genin confiase totalmente en él.
-Odio decir esto, pero creo que hasta aquí podemos seguir el rastro -Dijo en un tono de voz bastante bajo.