16/01/2020, 23:02
Vió entonces una oportunidad de oro para recabar más información ahora que estaba bebido y receptivo. Intentaría parecer simpático para caerle bien, cosa complicada. aunque es cierto que aquel hombre tenía cierto magnetismo antural, podría decirse que sobresalía entre los demás con su mera presencia. Algo que le parecía admirable, ya que él mismo era una sombra que se confundía entre el gentío, incluso si la sala estaba vacía. Y normalmente era una carga que debía llevar. Quizás aquel hombre era renegado por algún error que cometió, pero realmente no es mala persona... Aunque desde su encuentro con aquel tal Karasu, no se fiaba demasiado de los renegados, por bien que le tratasen...
-Yo también he perdido a alguien, puedo entenderte. Aún así, beber no es la única solución, al menos para mí no lo fué -Comentó el amejin mirándole brevemente, para después vovlerse hacia el cantinero -Póngame un bocadillo de esos, por favor -Pidió con educación para luego dejar sobre la barra el precio habitual de un bocadillo en cualquier taberna esperando a que bastase -Parece que estás lejos de casa, qué ocurrió? -Preguntó mirando levemente a la bandana que llevaba en su brazo.
Quizás se la estaba jugando mucho al preguntarle de forma tan directa pero quería aprovechar la oportunidad que se le estaba dando. Al parecer era un tipo amable y con buen sentido del humor, con serios problemas con el alcohol y un gran sentimiento de culpabilidad. Eso le descarta como alguien malvado, desde luego. Alguien que puede sentir aprecio por sus amigos, mínimo no es un psicópata ni alguien sin escrúpulos. Le interesaba saber más sobre aquel hombre para poder comenzar a judgarlo. Desde siempre, se había debatido la veracidad de lo que llamaban justicia, y este tipo de gente era la mejor forma de saber si funciona.
-Yo también he perdido a alguien, puedo entenderte. Aún así, beber no es la única solución, al menos para mí no lo fué -Comentó el amejin mirándole brevemente, para después vovlerse hacia el cantinero -Póngame un bocadillo de esos, por favor -Pidió con educación para luego dejar sobre la barra el precio habitual de un bocadillo en cualquier taberna esperando a que bastase -Parece que estás lejos de casa, qué ocurrió? -Preguntó mirando levemente a la bandana que llevaba en su brazo.
Quizás se la estaba jugando mucho al preguntarle de forma tan directa pero quería aprovechar la oportunidad que se le estaba dando. Al parecer era un tipo amable y con buen sentido del humor, con serios problemas con el alcohol y un gran sentimiento de culpabilidad. Eso le descarta como alguien malvado, desde luego. Alguien que puede sentir aprecio por sus amigos, mínimo no es un psicópata ni alguien sin escrúpulos. Le interesaba saber más sobre aquel hombre para poder comenzar a judgarlo. Desde siempre, se había debatido la veracidad de lo que llamaban justicia, y este tipo de gente era la mejor forma de saber si funciona.