17/01/2020, 01:00
La elección de Takumi le llevo a una difícil persecución a través de una laberíntica red de sucios y oscuros callejones. Su objetivo no estaba muy lejos, pues la velocidad del ladrón era bastante promedio; sin embargo, la cantidad de giros y maniobras evasivas dificultaban el darle alcance.
En cierto punto, llegando a una encrucijada, el ladrón hizo una finta lo suficientemente buena como para que el marionetista y la mujer fuesen por caminos diferentes. Y de tales caminos, solo el que había tomado la mujer le mantenía tras su objetivo. Sin embargo, si Takumi continuaba avanzado y siguiendo el sonido; se encontraría en un largo callejón, en cuyo otro extremo se veía venir al ladrón.
Las esquinas del final del callejón, aquellas quedaban a otros corredores, estaban suficientemente ocultas como para permitirle esconderse y preparar una emboscada. Era más que seguro que si le rodeaban le cortarían todas las rutas de escape. Pero este ladrón resultaba un poco más capaz de lo que aparentaba; pues aprovechando un leve tropezón de la mujer, realizo unos cuantos sellos y levanto en medio del callejón un muro de tierra, un buen Doton: Doryūheki.
Aquello le libro de la que creía que era su única perseguidora; pero con Takumi aun al asecho, también representaba cortar su única ruta de escape. Ahora todo dependía del marionetista y de cómo este decidiera emboscarlo.
En cierto punto, llegando a una encrucijada, el ladrón hizo una finta lo suficientemente buena como para que el marionetista y la mujer fuesen por caminos diferentes. Y de tales caminos, solo el que había tomado la mujer le mantenía tras su objetivo. Sin embargo, si Takumi continuaba avanzado y siguiendo el sonido; se encontraría en un largo callejón, en cuyo otro extremo se veía venir al ladrón.
Las esquinas del final del callejón, aquellas quedaban a otros corredores, estaban suficientemente ocultas como para permitirle esconderse y preparar una emboscada. Era más que seguro que si le rodeaban le cortarían todas las rutas de escape. Pero este ladrón resultaba un poco más capaz de lo que aparentaba; pues aprovechando un leve tropezón de la mujer, realizo unos cuantos sellos y levanto en medio del callejón un muro de tierra, un buen Doton: Doryūheki.
Aquello le libro de la que creía que era su única perseguidora; pero con Takumi aun al asecho, también representaba cortar su única ruta de escape. Ahora todo dependía del marionetista y de cómo este decidiera emboscarlo.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)