17/01/2020, 02:45
El chico y el can permanecieron durante unas cuantas horas en cama. Al principio le costó amoldarse a esa cama, pues estaba acostumbrado a la propia, pero tras un buen rato, casi logró alcanzar la comodidad en la susodicha. Parecía que todo haz de luz proveniente del astro rey había desaparecido, y en su lugar ahora reinaba la oscuridad. Una oscuridad que parcialmente se veía eclipsada por la luna y su séquito de estrellas.
De pronto, un ruido de carruaje rasgó el silencio de la noche. Akane fue el primero en notarlo, seguido por Etsu. Al segundo le costó un poco más, pues su oído no era tan fino como el del can. Sin embargo, para cuando quisieron darse cuenta, ahí estaban. Se miraban el uno al otro, o al menos eso podían intuir, pues la penumbra dificultaba un poco el hecho.
—¿Y eso...?
El Inuzuka se levantó de su cama, y se asomó a lo que podía considerarse la ventana. El ruido procedía de fuera, quizás con un poco de suerte lograba avistar algo. La verdad, no lograba comprender qué podía ser a esas horas, todo había de estar tranquilo en un pueblo como ese... ¿o no?
De pronto, un ruido de carruaje rasgó el silencio de la noche. Akane fue el primero en notarlo, seguido por Etsu. Al segundo le costó un poco más, pues su oído no era tan fino como el del can. Sin embargo, para cuando quisieron darse cuenta, ahí estaban. Se miraban el uno al otro, o al menos eso podían intuir, pues la penumbra dificultaba un poco el hecho.
—¿Y eso...?
El Inuzuka se levantó de su cama, y se asomó a lo que podía considerarse la ventana. El ruido procedía de fuera, quizás con un poco de suerte lograba avistar algo. La verdad, no lograba comprender qué podía ser a esas horas, todo había de estar tranquilo en un pueblo como ese... ¿o no?
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~