17/01/2020, 13:22
Su compañero se había alargado y se había puesto en guardia, al parecer había escuchado un ruido a lo lejos, dentro de la cueva. Un ruido... Metálico? Justo en aquel instante recordó las palabras que les había dicho la mujer sobre un hombre con una kasa de hierro y pensó que podría ser perfectamente aquel hombre. Reflexionó rápidamente en cómo actuar ya que, al parecer, se había convertido en el líder de la operación. Era posible que aquel lugar fuera una emboscada, así que debía estar muy atento para caer en una posible trampa que les hubieran tendido. Pensó en avanzar por la cueva, pero sin visión iba a ser algo bastante complicado y ciertamente peligroso si es que quien tenían delante podía guiarse perfectamente entre aquella oscuridad, creciente cuanto más profundizabas en la cueva...
-Esto tiene toda la pinta de ser una trampa. Quizás no haya sido una fuga después de todo... -Comentó el amejin en tono bajo a su compañero sin apartar la vista de lo profundo de la cueva -Sabes hacer fuego? Sin iluminación es extremadamente peligroso seguir avanzando -Preguntó mientras buscaba algunas ramas secas por la entrada de la cueva sin perder de vista el interior de la misma.
Con una antorcha improvisada podrían intentar entrar, aunque fuese extremadamente peligroso, no tenían otra opción y parecía que era lo que iba a tocar después de todo. Por alguna razón, se sentía intranquilo en aquel lugar, como si de repente la operación empezase a ponerse peligrosa...
Sus sospechas se confirmaron, cuando desde dentro de la cueva se escuchó el inconfundible desenfundar de una katana y el brillo de su filo se pudo apreciar desde la parte de fuera. Se podía ver una silueta de un hombre grande y de complexión fuerte portando un enorme nodachi delante de él. Llevaba una kasa sobre su cabeza, pero poco más se podía ver de él. A sus espaldas, comenzaron a escucharse los lamentos de lo que parecía la voz de una niña amordazada mezclados con algunos quejidos de dolor. Estaban en lo cierto, aquel era el lugar.
-Esto tiene toda la pinta de ser una trampa. Quizás no haya sido una fuga después de todo... -Comentó el amejin en tono bajo a su compañero sin apartar la vista de lo profundo de la cueva -Sabes hacer fuego? Sin iluminación es extremadamente peligroso seguir avanzando -Preguntó mientras buscaba algunas ramas secas por la entrada de la cueva sin perder de vista el interior de la misma.
Con una antorcha improvisada podrían intentar entrar, aunque fuese extremadamente peligroso, no tenían otra opción y parecía que era lo que iba a tocar después de todo. Por alguna razón, se sentía intranquilo en aquel lugar, como si de repente la operación empezase a ponerse peligrosa...
Sus sospechas se confirmaron, cuando desde dentro de la cueva se escuchó el inconfundible desenfundar de una katana y el brillo de su filo se pudo apreciar desde la parte de fuera. Se podía ver una silueta de un hombre grande y de complexión fuerte portando un enorme nodachi delante de él. Llevaba una kasa sobre su cabeza, pero poco más se podía ver de él. A sus espaldas, comenzaron a escucharse los lamentos de lo que parecía la voz de una niña amordazada mezclados con algunos quejidos de dolor. Estaban en lo cierto, aquel era el lugar.