18/01/2020, 14:55
—Mmh... —Daruu meditó durante unos segundos antes de seguir a Kōri sorteando con cuidado los makibishi—. Sí, pero si estuviera herido habría un rastro de sangre por alguna parte, ¿no? Y no veo goteo ni nada. Además están colocados todos en el mismo sitio. Normalmente si caes en una trampa así lo primero que quieres es quitártelos, y digo yo que estarían distribuidos de forma menos uniforme.
Siguiendo todas las pistas que pudieron encontrar, los dos jóvenes continuaron adentrándose en el bosque, con una creciente inquietud residiendo en su pecho. Estaban yendo demasiado lejos...
Un poco más allá, Daruu volvió a activar el Byakugan. E indicó a Kōri que se detuviera.
—Unos diez metros más adelante —susurró—, hay un precipicio. Al borde está una de las que estaba peleando contra Ayame en el claro. La de las espadas.
»¿Qué deberíamos hacer? Si hay que eliminarlos, esta es presa fácil —dijo—. Puedo acabar con ella sin que se de cuenta y sin tocarla con una técnica Hyūga.
—Amatsu Yokuna —contestó él—, algunos en Amegakure me llaman el Cazador. He venido a por esos tipos. Oye, te he hecho una pregunta, y no me la has contestado —gruñó—. Estos tipos matan a más y más gente cada día, y los hijos de puta saben esconderse muy bien. Normalmente los rastrearía por el cielo con mis halcones, pero el bosque es demasiado frondoso y no se ve nada desde el cielo. Por eso pedí ninjas con experiencia en rastreo y en eliminación de renegados. Me dijeron que además vendría un Hyūga. ¿Está contigo o no? —El hombre se removió un poco, incómodo, para ajustarse un enorme pergamino que cargaba a la espalda.
Siguiendo todas las pistas que pudieron encontrar, los dos jóvenes continuaron adentrándose en el bosque, con una creciente inquietud residiendo en su pecho. Estaban yendo demasiado lejos...
Un poco más allá, Daruu volvió a activar el Byakugan. E indicó a Kōri que se detuviera.
—Unos diez metros más adelante —susurró—, hay un precipicio. Al borde está una de las que estaba peleando contra Ayame en el claro. La de las espadas.
»¿Qué deberíamos hacer? Si hay que eliminarlos, esta es presa fácil —dijo—. Puedo acabar con ella sin que se de cuenta y sin tocarla con una técnica Hyūga.
· · ·
—Amatsu Yokuna —contestó él—, algunos en Amegakure me llaman el Cazador. He venido a por esos tipos. Oye, te he hecho una pregunta, y no me la has contestado —gruñó—. Estos tipos matan a más y más gente cada día, y los hijos de puta saben esconderse muy bien. Normalmente los rastrearía por el cielo con mis halcones, pero el bosque es demasiado frondoso y no se ve nada desde el cielo. Por eso pedí ninjas con experiencia en rastreo y en eliminación de renegados. Me dijeron que además vendría un Hyūga. ¿Está contigo o no? —El hombre se removió un poco, incómodo, para ajustarse un enorme pergamino que cargaba a la espalda.