19/01/2020, 14:58
—Quiero pensar que sí. ¡Hop! —exclamó Daruu, saltando uno de los muretes de la estación—. A pie tardaremos aún bastantes horas en llegar, así que si haces el favor de apartarte un poquito, puedo usar una técnica y... —el shinobi formuló con las manos una sencilla secuencia de sellos: Mono, Caballo, Tigre, y escupió dos masas de un líquido extremadamente viscoso de color azul y verde, respectivamente, que casi parecían tener la textura del caramelo. Las bolas sin forma se retorcieron. Les crecieron cuatro patas, y una cola, y una cabeza; Daigo descubrió que se habían convertido en dos hermosos y brillantes caballos hechos de una especie de gelatina sólida. Tenían silla y riendas incorporadas—. ¿Qué te parece? ¡Vamos, sube sin miedo! Los controlo yo. Con esto llegaremos en un periquete.
Daruu dio un bote y se subió encima del caballo azul.
»Te dejo el verde, creo que te pega. —El muchacho bostezó y comenzó a trotar con el animal—. Eso sí, antes de llegar a la entrada del Valle mejor los deshago. Que luego siempre estoy llamando la atención. Ahora que lo pienso, si los hubiera hecho de otro color llamarían menos la atención. Claro.
Daruu dio un bote y se subió encima del caballo azul.
»Te dejo el verde, creo que te pega. —El muchacho bostezó y comenzó a trotar con el animal—. Eso sí, antes de llegar a la entrada del Valle mejor los deshago. Que luego siempre estoy llamando la atención. Ahora que lo pienso, si los hubiera hecho de otro color llamarían menos la atención. Claro.