19/01/2020, 19:07
Y su reacción fue la de alguien que parecía estar esperando que en cualquier momento alguno de los dos se levantara de golpe, con los brazos extendidos y gritando: «¡¡¡Aaaahhh, inocente!!!! ¡Era una broma!». Pero, por supuesto, aquel no fue el caso. Porque ambos iban muy en serio.
—¿Cómo dices, Amedama? —preguntó Yui, estupefacta—. ¿Qué hicisteis qué? ¿Cómo que os habéis cargado...? ¡Explicaos!
Daruu y Ayame tragaron saliva al unísono. Pero, nuevamente, fue el Jōnin el que tomó el mando de la palabra:
—Hace tiempo que, pensando en los términos de la Alianza, ambos hicimos las paces con Uchiha Datsue. Le dimos nuestras marcas de sangre y él nos dio un sello con el que comunicarnos entre los tres, por si un General iba a por él, ya sabe.
«Oh, no. No, no, no, no... Ella ni siquiera sabía que habíamos hecho las paces con Uchiha Datsue... ¡y que estábamos en constante contacto con él!» ¡Aquello era algo que ni siquiera le habían revelado a sus propias familias!
—El caso es que hace un rato, un General se presentó donde estaba —continuó relatando—. Ya se imagina el resto, llegamos, vimos y vencimos. El General es historia. Ah, ¿y sabe quien estaba allí? Sarutobi Hanabi. Les salvamos la vida a ambos. Eso quiere decir, Yui-sama, que Sarutobi Hanabi nos debe la vida. Le debe la vida a Amegakure. Ellos dos... le deben la vida... a usted.
«¿Qué estás haciendo?» Preguntó Ayame mentalmente, virando sólo los iris hacia su compañero, sin atreverse a moverse un solo centímetro.
—¿Cómo dices, Amedama? —preguntó Yui, estupefacta—. ¿Qué hicisteis qué? ¿Cómo que os habéis cargado...? ¡Explicaos!
Daruu y Ayame tragaron saliva al unísono. Pero, nuevamente, fue el Jōnin el que tomó el mando de la palabra:
—Hace tiempo que, pensando en los términos de la Alianza, ambos hicimos las paces con Uchiha Datsue. Le dimos nuestras marcas de sangre y él nos dio un sello con el que comunicarnos entre los tres, por si un General iba a por él, ya sabe.
«Oh, no. No, no, no, no... Ella ni siquiera sabía que habíamos hecho las paces con Uchiha Datsue... ¡y que estábamos en constante contacto con él!» ¡Aquello era algo que ni siquiera le habían revelado a sus propias familias!
—El caso es que hace un rato, un General se presentó donde estaba —continuó relatando—. Ya se imagina el resto, llegamos, vimos y vencimos. El General es historia. Ah, ¿y sabe quien estaba allí? Sarutobi Hanabi. Les salvamos la vida a ambos. Eso quiere decir, Yui-sama, que Sarutobi Hanabi nos debe la vida. Le debe la vida a Amegakure. Ellos dos... le deben la vida... a usted.
«¿Qué estás haciendo?» Preguntó Ayame mentalmente, virando sólo los iris hacia su compañero, sin atreverse a moverse un solo centímetro.