21/01/2020, 17:42
Tan rápido como sonó la campana, escuchó unos pasos rápidos provenientes del pasillo. Una sombra se asomó nuevamente por la ventana y escuchó como el picaporte era girado.
—¡Oh vaya!— Ni un con permiso ni nada. Una mujer un tanto rechoncha y que aparentaba ya estar sobre sus cuarenta años se adentró al lugar, vistiendo el típico uniforme en color blanco que podría esperar de un trabajador de sanidad.
Se adentró entonces en la habitación y paró frente al pie de la cama y lo miró de arriba para abajo varias veces para cerciorarse de su estado.
—Pese a que te ves más desnutrido que un perro callejero te has recuperado bastante bien. Por menos de la que te han dado allá afuera muchos han terminado con secuelas, ¡pero tú estás aquí fresco como una rosa¡ En fin, que si ya estás como nuevo podemos dejar esa cama libre para alguien que realmente lo necesite. Mira que intentamos darte algo de suero para que no te deshidrataras pero parece que esas ojeras no te las quitamos ni con todos los electrolíticos del planeta— Zapateaba con su pie derecho, como si estuviese impaciente.
—¡Oh vaya!— Ni un con permiso ni nada. Una mujer un tanto rechoncha y que aparentaba ya estar sobre sus cuarenta años se adentró al lugar, vistiendo el típico uniforme en color blanco que podría esperar de un trabajador de sanidad.
Se adentró entonces en la habitación y paró frente al pie de la cama y lo miró de arriba para abajo varias veces para cerciorarse de su estado.
—Pese a que te ves más desnutrido que un perro callejero te has recuperado bastante bien. Por menos de la que te han dado allá afuera muchos han terminado con secuelas, ¡pero tú estás aquí fresco como una rosa¡ En fin, que si ya estás como nuevo podemos dejar esa cama libre para alguien que realmente lo necesite. Mira que intentamos darte algo de suero para que no te deshidrataras pero parece que esas ojeras no te las quitamos ni con todos los electrolíticos del planeta— Zapateaba con su pie derecho, como si estuviese impaciente.