21/01/2020, 21:47
Para agilizar las cosas, Daruu utilizó su dōjutsu y así comprobó que el dijo al que fueran a entrar no estuviera ocupado. Lo hizo de forma inconsciente sin preocuparse de si Daigo conocía aquella particular habilidad del Byakugan o no. Le llamó la atención uno de ellos en particular, que tenía un patio exterior en el centro con un tatami de diez por diez, iluminado así por luz natural. En los cuatro pilares de las esquinas había enredaderas que se enroscaban hasta llegar al techado abierto.
—¿Te parece bien en este? —preguntó el muchacho, abriendo la puerta y corriendo a uno de los extremos del tatami. Dio un par de brincos y giró las muñecas. Estiró las piernas y los brazos.
—¿Te parece bien en este? —preguntó el muchacho, abriendo la puerta y corriendo a uno de los extremos del tatami. Dio un par de brincos y giró las muñecas. Estiró las piernas y los brazos.