21/01/2020, 22:44
Nubu asintió, pensando las palabras de Kazuma. Luego se acercó, al inicio con algo de miedo, luego con suma seguridad.
—No… no hay plumas, Kazuma-sensei.
El niño miró con detenimiento el daño de la pared, aunque parecía no saber qué buscar específicamente.
—Ooh, una vez metí una piedra a la fogata que padre hizo una vez porque quería ver cómo se quemaba —Le dijo a Kazuma, tal vez esperando que escribiera todo en su libreta —, pero no sé quemó. ¿Por qué?
Ranko miró la pared fijamente. Las marcas en la pared eran poco más que puntos negros, rodeados de una estrella irregular de superficie quemada sobre la roca. Si pasaban un dedo, notarían que se quitaba fácilmente, una buena fregada con agua y jabón posiblemente quitara la mayoría de la negrura de la piedra. Las quemaduras estaban esparcidas de manera aleatoria sobre la pared, y las rupturas del tejado parecían tener como epicentro sendas marcas.
—Bueno, una piedra no se puede quemar, no de la misma manera que un palo, al menos.
—¿Por qué?
—Ahm… —Ranko se rascó la mejilla. No sabía si daría una explicación suficientemente digerible para un niño —. C-creo que porque… ahm… el material de una piedra no se puede… ahm… creo que se derrite, no se quema. Y s-se necesita muchísima energía para ello. Creo…
Ranko no estaba cien por ciento segura de que así fuera, pero pareció bastarle al pequeño.
—Aah… ¡Qué tal que le cayó un rayo! ¡PSSHHH! —Nubu alzó sus manos y las bajó rápidamente, como si fuese un dios del trueno atacando a alguna hormiga desde las alturas.
—¡Oh, cielos! —exclamó con exagerada preocupación la señora Yodō.
—No… no hay plumas, Kazuma-sensei.
El niño miró con detenimiento el daño de la pared, aunque parecía no saber qué buscar específicamente.
—Ooh, una vez metí una piedra a la fogata que padre hizo una vez porque quería ver cómo se quemaba —Le dijo a Kazuma, tal vez esperando que escribiera todo en su libreta —, pero no sé quemó. ¿Por qué?
Ranko miró la pared fijamente. Las marcas en la pared eran poco más que puntos negros, rodeados de una estrella irregular de superficie quemada sobre la roca. Si pasaban un dedo, notarían que se quitaba fácilmente, una buena fregada con agua y jabón posiblemente quitara la mayoría de la negrura de la piedra. Las quemaduras estaban esparcidas de manera aleatoria sobre la pared, y las rupturas del tejado parecían tener como epicentro sendas marcas.
—Bueno, una piedra no se puede quemar, no de la misma manera que un palo, al menos.
—¿Por qué?
—Ahm… —Ranko se rascó la mejilla. No sabía si daría una explicación suficientemente digerible para un niño —. C-creo que porque… ahm… el material de una piedra no se puede… ahm… creo que se derrite, no se quema. Y s-se necesita muchísima energía para ello. Creo…
Ranko no estaba cien por ciento segura de que así fuera, pero pareció bastarle al pequeño.
—Aah… ¡Qué tal que le cayó un rayo! ¡PSSHHH! —Nubu alzó sus manos y las bajó rápidamente, como si fuese un dios del trueno atacando a alguna hormiga desde las alturas.
—¡Oh, cielos! —exclamó con exagerada preocupación la señora Yodō.
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