22/01/2020, 19:57
—¿Ves lo que has hecho, maldita?
—Sí. Te he salvado de meterte más mierda en los pulmones por unas horas —respondió, con franqueza—. Para ser un shinobi tan metódico, me sorprende que sucumbas al vicio.
No es como si a ella le importase. Simplemente se lo hacía notar. Como él le hizo notar a ella que se había cruzado con cierto conocido. Uno de escamas, sangre fría y lengua viperina. ¿Qué si le sonaba? Esa no era la pregunta correcta. La pregunta buena era: ¿a cuántos conocía con esa descripción? Le faltaban dedos para contarlos.
Aunque se quedó inmóvil en el sitio, como una estatua, cuando oyó el nombre. Y más todavía cuando escuchó el mensaje que tenía para ella.
Tardó unos largos segundos en reaccionar.
—¿Lo sabe? ¿Eso te dijo? ¿Y tú? ¿Lo sabes?
—Sí. Te he salvado de meterte más mierda en los pulmones por unas horas —respondió, con franqueza—. Para ser un shinobi tan metódico, me sorprende que sucumbas al vicio.
No es como si a ella le importase. Simplemente se lo hacía notar. Como él le hizo notar a ella que se había cruzado con cierto conocido. Uno de escamas, sangre fría y lengua viperina. ¿Qué si le sonaba? Esa no era la pregunta correcta. La pregunta buena era: ¿a cuántos conocía con esa descripción? Le faltaban dedos para contarlos.
Aunque se quedó inmóvil en el sitio, como una estatua, cuando oyó el nombre. Y más todavía cuando escuchó el mensaje que tenía para ella.
Tardó unos largos segundos en reaccionar.
—¿Lo sabe? ¿Eso te dijo? ¿Y tú? ¿Lo sabes?