22/01/2020, 20:03
Akame se limitó a responder con un "meh" mascullado, pues no era la primera persona que se lo decía y para ninguna tenía una respuesta razonada. En efecto, metódico y siempre lógico, el antaño conocido como Profesional también tenía sus vicios. Tal vez precisamente por eso le resultaba tan inexplicable como inevitable caer en alguno de ellos: era su forma de sentirse más humano que máquina, aunque más de una vez hubiera dudado.
Por la reacción de Kyuutsuki el Uchiha supo que había pinchado en hueso; ahí había algo gordo, realmente gordo. Nunca había visto a Mil Rostros disparar tantas preguntas seguidas, como una maldita ballesta de repetición. En lugar de tratar de contestarlas todas, Akame se limitó a encogerse de hombros.
—Yo sé muchas cosas —replicó—, y otras tantas las ignoro. Pero sé que esa serpiente tiene algo que yo quiero, tú tienes algo que ella quiere, y ella tiene algo que tú quieres. Así que, ¿por qué no nos ayudamos todos como hermanos, eh? Tú le das lo que busca, ella a ti otro tanto, y el viejo Akame se lleva su pago por hacer de recadero. Un trato justo.
Por la reacción de Kyuutsuki el Uchiha supo que había pinchado en hueso; ahí había algo gordo, realmente gordo. Nunca había visto a Mil Rostros disparar tantas preguntas seguidas, como una maldita ballesta de repetición. En lugar de tratar de contestarlas todas, Akame se limitó a encogerse de hombros.
—Yo sé muchas cosas —replicó—, y otras tantas las ignoro. Pero sé que esa serpiente tiene algo que yo quiero, tú tienes algo que ella quiere, y ella tiene algo que tú quieres. Así que, ¿por qué no nos ayudamos todos como hermanos, eh? Tú le das lo que busca, ella a ti otro tanto, y el viejo Akame se lleva su pago por hacer de recadero. Un trato justo.