23/01/2020, 20:20
(Última modificación: 23/01/2020, 20:21 por Taka Kisame.)
Escuchó el plan de su compañero detenidamente. Era lógico y tenía sentido, pero le parecía demasiado simplón como para que funcionara. Únicamente quería que salieran, por lo que no veía cual era el problema... Si salía bien, habían conseguido lo que querían... Así que salió corriendo tras su compañero y se escondió en un arbusto cercano a él. Era un escondite pésimo ya que la vegetación en aquel lugar era baja y seca, pero si alguien pasaba corriendo distraído podría llegar a colar. El hombre gruño con ira. No le gustaba lo que escuchaba. No parecía querer que viniese ningún guardia, pero al poco tiempo comenzó a caminar hacia la entrada de la cueva lentamente riéndose de forma exagerada, como si algo le hubiese hecho mucha gracia.
-Vaya, que niños más ingenuos... Pensarán que esos holgazanes van a venir a buscarme! -Soltó otra carcajada mientras apoyaba su espadón en un hombro por la parte roma y sacaba un cigarrillo y se lo echaba a la boca.
De cerca el hombre era algo más imponente que desde lejos, pero tampoco era gran cosaq. Se hacía más evidente su edad ahora que se le podía ver con claridad. Los colores de su vestimenta se distinguían y su kasa, efectivamente, era de hierro con algún que otro óxido. Tenía unas manos grandes y llenas de callos como si se dedicase a trabajar en el campo y en el bello de sus brazos se hacía evidente su edad al ser prácticamente blanco. Parecía distraído por un momento, pero eso no garantizaba nada.
-Vaya, que niños más ingenuos... Pensarán que esos holgazanes van a venir a buscarme! -Soltó otra carcajada mientras apoyaba su espadón en un hombro por la parte roma y sacaba un cigarrillo y se lo echaba a la boca.
De cerca el hombre era algo más imponente que desde lejos, pero tampoco era gran cosaq. Se hacía más evidente su edad ahora que se le podía ver con claridad. Los colores de su vestimenta se distinguían y su kasa, efectivamente, era de hierro con algún que otro óxido. Tenía unas manos grandes y llenas de callos como si se dedicase a trabajar en el campo y en el bello de sus brazos se hacía evidente su edad al ser prácticamente blanco. Parecía distraído por un momento, pero eso no garantizaba nada.