23/01/2020, 21:02
Yokuna negó con la cabeza.
—Si están dormidos, serán presa fácil, pero me preocupa que nos pillen los otros dos y se despierten. De haber alguien ahí dentro, tendríamos que enfrentarnos a cuatro a la vez —dijo—. Separémonos un segundo. Yo por la izquierda y tú por la derecha. Rodeamos el claro y buscamos a los otros dos. Intentemos acabar con ellos sigilosamente y luego ya nos preocupamos de las tiendas. —El Cazador desapareció entre las ramas de los árboles. Ayame pudo escuchar claramente a los otros dos, que al otro lado del claro gritaban llamando a quienes reconocían como Nejima.
—Si están dormidos, serán presa fácil, pero me preocupa que nos pillen los otros dos y se despierten. De haber alguien ahí dentro, tendríamos que enfrentarnos a cuatro a la vez —dijo—. Separémonos un segundo. Yo por la izquierda y tú por la derecha. Rodeamos el claro y buscamos a los otros dos. Intentemos acabar con ellos sigilosamente y luego ya nos preocupamos de las tiendas. —El Cazador desapareció entre las ramas de los árboles. Ayame pudo escuchar claramente a los otros dos, que al otro lado del claro gritaban llamando a quienes reconocían como Nejima.