26/01/2020, 00:15
Puños fuertes. Piernas bien asentadas. Cuerpo ligeramente curvado para una evasión o un contraataque. Kaido repasaba todos sus movimientos como si se encontrase en la clase de primero de academia, dispuesto a sacar el mayor provecho de ese combate como la fuera posible. Y si quería aprender, si realmente deseaba obtener una enseñanza que le pudiese convertir en un mejor ninja, tenía que tratar de cruzar esa montaña maltrecha llamada Ryū en plena igualdad de condiciones.
—¡Ven!
El gyojin no se movió. Mantuvo su posición. Aferró sus pies al hielo con chakra. ¡Fuerte, fuerte! sus ojos inamovibles de la mole que avanzaba hacia él con furia asesina. ¡Valiente, valiente! y esperó, esperó hasta el último momento mientras que las mareas de su interior ya se habían empezado a mover desde el inicio de la arremetida, mientras su brazo izquierdo se retraía levemente y el derecho, jugueteaba en subterfugio en otros linderos de su cuerpo. Y es que ni siquiera se inmutó cuando comprendió que Ryū no acabaría su arremetida con un puñetazo sino que éste invocó la furia de fūjin para cortar a Kaido a la mitad. Él no tenía desde luego la resistencia de ese monstruo ni iba a poder soportar un tajo con la indiferencia de Ryū, pero lo cierto es que... un Hōzuki nunca ha de temer a ser cortado.
¡Fiusj! Kaido dio un paso fuerte impulsándose hacia el viento cortante, y atravesándolo; mientras su cuerpo se convertía en agua allí en donde debía haber vísceras y sangre. Y no sólo eso, sino que en el movimiento de avance ya había balanceado su brazo para que éste saliera despedido de su cuerpo, a nivel del hombro, como un cañón propulsado por el agua presurizada de su cuerpo y que viajó directo hacia el rostro de Ryū.
—¡Ven!
El gyojin no se movió. Mantuvo su posición. Aferró sus pies al hielo con chakra. ¡Fuerte, fuerte! sus ojos inamovibles de la mole que avanzaba hacia él con furia asesina. ¡Valiente, valiente! y esperó, esperó hasta el último momento mientras que las mareas de su interior ya se habían empezado a mover desde el inicio de la arremetida, mientras su brazo izquierdo se retraía levemente y el derecho, jugueteaba en subterfugio en otros linderos de su cuerpo. Y es que ni siquiera se inmutó cuando comprendió que Ryū no acabaría su arremetida con un puñetazo sino que éste invocó la furia de fūjin para cortar a Kaido a la mitad. Él no tenía desde luego la resistencia de ese monstruo ni iba a poder soportar un tajo con la indiferencia de Ryū, pero lo cierto es que... un Hōzuki nunca ha de temer a ser cortado.
¡Fiusj! Kaido dio un paso fuerte impulsándose hacia el viento cortante, y atravesándolo; mientras su cuerpo se convertía en agua allí en donde debía haber vísceras y sangre. Y no sólo eso, sino que en el movimiento de avance ya había balanceado su brazo para que éste saliera despedido de su cuerpo, a nivel del hombro, como un cañón propulsado por el agua presurizada de su cuerpo y que viajó directo hacia el rostro de Ryū.