26/01/2020, 22:30
La compenetración entre las acciones de Akane y Etsu fue realmente de libro, de manual de Inuzuka. Toda una sucesión de maniobras en combate, aprovechando las habilidades de can y humano. Como consecuencia, el loco que abusó de los otro pobres hombres, terminó con el femoral quebrado. La patada había ido con mala intención, eso no había quien lo dudase. Búho quedó en el suelo, bramando de dolor en lo que intentaba afianzar su pierna con sus manos. Tanto estaba siendo el dolor, que incluso se hizo una herida él mismo en el labio, de morderlo rabiando.
«¿No te has pasado un poco, tío?»
Pero no era momento de echarse atrás, éste tipo abusaba de otros, látigo en mano. No, no debía dudar ahora, al menos debía seguir entero. No podía permitirse el titubear ahora. Miró a Akane, y terminó desviando su mirada al herido. Tomó aire, se se reclinó hacia el mismo. No tardó en exhalarlo en un suspiro.
—Tío...
Pero no le dio tiempo a expresarse. Antes de que siquiera ordenase sus pensamientos en la cabeza para expresarlos, alguien más hizo presencia en la escena. Se trataba de Rao, que seguro había escuchado todo el alboroto.
A decir verdad, ¿quién no lo habría escuchado?
Etsu dejó de lado sus anteriores intenciones, de las cuales ni estaba seguro en realidad, y caminó dirección a Rao. Entre tanto, Akane quedó cerca de Búho, por si acaso. Aunque raro sería que intentase escapar.
—Verás, Rao... no se quién será, pero estaba dando de latigazos a un par de campesinos que arrastraban ese carro —confesó en lo que señalaba el susodicho medio de transporte. —y sin querer —queriendo— le he roto algún hueso de la pierna. Creo que está roto, vamos. En realidad, ha sonado bastante a eso... y no para de llorar y gritar.
»Casi me da pena...
«¿No te has pasado un poco, tío?»
Pero no era momento de echarse atrás, éste tipo abusaba de otros, látigo en mano. No, no debía dudar ahora, al menos debía seguir entero. No podía permitirse el titubear ahora. Miró a Akane, y terminó desviando su mirada al herido. Tomó aire, se se reclinó hacia el mismo. No tardó en exhalarlo en un suspiro.
—Tío...
Pero no le dio tiempo a expresarse. Antes de que siquiera ordenase sus pensamientos en la cabeza para expresarlos, alguien más hizo presencia en la escena. Se trataba de Rao, que seguro había escuchado todo el alboroto.
A decir verdad, ¿quién no lo habría escuchado?
Etsu dejó de lado sus anteriores intenciones, de las cuales ni estaba seguro en realidad, y caminó dirección a Rao. Entre tanto, Akane quedó cerca de Búho, por si acaso. Aunque raro sería que intentase escapar.
—Verás, Rao... no se quién será, pero estaba dando de latigazos a un par de campesinos que arrastraban ese carro —confesó en lo que señalaba el susodicho medio de transporte. —y sin querer —queriendo— le he roto algún hueso de la pierna. Creo que está roto, vamos. En realidad, ha sonado bastante a eso... y no para de llorar y gritar.
»Casi me da pena...
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~