27/01/2020, 02:39
—No, no puedes. Y yo tampoco —admitió, apoyándose en el mango de nokomizuchi para ponerse de pie. Miró a Ryū y sonrió—. estás en negación, maestro. Y ese es el problema. Que hasta que no admitas que no estás al cien por cien, no podrás saber qué es lo que necesitas para volver llegar a la cima de tu Poder.
»Sabes, yo no lo entendí hasta hace un par de semanas. No os conté nada porque me daba vergüenza admitir que esa cabrona me pateó el culo, literalmente. Pero bueno, es lo que es. No podría vencer a Amekoro Yui ni queriendo —dijo, sin ningún tipo de remordimiento. Sonreía como si fuese sólo un dato curioso y no una mancha en su record de victorias y derrotas—. estuve en Amegakure. O bueno, un clon. No estaba en mis planes aparecer allí, pero una de mis antiguas compañeras de Aldea estuvo en Coladragón mientras preparaba el cargamento de la fábrica de Guko y trató de llevarme con ella. Usó una técnica de teletransportación muy similar a la de Akame, pero eso ya es un cuento para otro momento —dio unos cuantos pasos para acercarse hasta el guerrero de ébano y continuó—. ella me miró, Ryū, y yo no pude moverme. No pude puto moverme. ¿Eso qué quiere decir? que aún no soy lo suficientemente fuerte. Que mi voluntad es quebrantable. Que mis sentidos no reaccionan lo suficientemente rápido. Que mi cuerpo no es tan duro como quisiera que fuese.
—Necesito tu ayuda. Necesito que admitas que te falta un jodido pulmón y que nada va a ser igual sin él. Necesito que alcances tu cima, coño, y que me muestres el camino hasta ella. Sólo así podré moverme cuando ella me vuelva a ver.
»Sabes, yo no lo entendí hasta hace un par de semanas. No os conté nada porque me daba vergüenza admitir que esa cabrona me pateó el culo, literalmente. Pero bueno, es lo que es. No podría vencer a Amekoro Yui ni queriendo —dijo, sin ningún tipo de remordimiento. Sonreía como si fuese sólo un dato curioso y no una mancha en su record de victorias y derrotas—. estuve en Amegakure. O bueno, un clon. No estaba en mis planes aparecer allí, pero una de mis antiguas compañeras de Aldea estuvo en Coladragón mientras preparaba el cargamento de la fábrica de Guko y trató de llevarme con ella. Usó una técnica de teletransportación muy similar a la de Akame, pero eso ya es un cuento para otro momento —dio unos cuantos pasos para acercarse hasta el guerrero de ébano y continuó—. ella me miró, Ryū, y yo no pude moverme. No pude puto moverme. ¿Eso qué quiere decir? que aún no soy lo suficientemente fuerte. Que mi voluntad es quebrantable. Que mis sentidos no reaccionan lo suficientemente rápido. Que mi cuerpo no es tan duro como quisiera que fuese.
—Necesito tu ayuda. Necesito que admitas que te falta un jodido pulmón y que nada va a ser igual sin él. Necesito que alcances tu cima, coño, y que me muestres el camino hasta ella. Sólo así podré moverme cuando ella me vuelva a ver.