27/01/2020, 02:42
Pero Rao no respondió. Su único ojo se clavó en la marca que el otro tenía en el rostro, trayéndole malas memorias, abriendo y quemando nuevamente las heridas en su psique que no terminaban de sanar. Tal vez estuviese derrotado, tal vez estuviese herido, pero el miedo no era por la persona en sí, sino por el alcance de sus garras y de su influencia. No se daba cuenta, pero sus piernas temblaban a tal punto que sus rodillas estaban a punto de chocar con cada movimiento.
—¡TU!— Fue lo único que pudo exclamar antes de apretar los dientes nuevamente por el dolor de sus extremidades. —Te atreviste, te atreviste a volver...— Siseó con veneno. —¿Trajiste un amigo eh?
Rao observó a Etsu. ¡Se suponía que no debían vincularlo a él! Finalmente, el pobre hombre cayó de rodillas.
—Debimos arrancarte... Los huevos, ad-además de ese ojo— Sonrió aún con la sangre en su nariz y boca, torciéndose en un gesto malicioso aún estando herido y con lágrimas en la cara. Su rostro era una mezcolanza rara, tanto que daba asco verle.
El pobre mercader se llevó las manos a la cabeza.
—¡Et! Digo, ¡Kito! ¡Él es búho! ¡Es uno de los Cuatro de Ibaraki!— Señaló con su dedo. —¡MIERDA! ¡MIERDA! Mi esposa no debe darse cuenta de esto, ¡NI ELLA NI NADIE DEL PUEBLO!— Exclamó a viva voz.
—He...he...— No sabías si reía y lloraba. —Mátenme si quieren ¡UGHHHHHHHH! Ahhh, ahhh. Pe-pepero, pagarás por esto quieras o no... Rao...
—¡TU!— Fue lo único que pudo exclamar antes de apretar los dientes nuevamente por el dolor de sus extremidades. —Te atreviste, te atreviste a volver...— Siseó con veneno. —¿Trajiste un amigo eh?
Rao observó a Etsu. ¡Se suponía que no debían vincularlo a él! Finalmente, el pobre hombre cayó de rodillas.
—Debimos arrancarte... Los huevos, ad-además de ese ojo— Sonrió aún con la sangre en su nariz y boca, torciéndose en un gesto malicioso aún estando herido y con lágrimas en la cara. Su rostro era una mezcolanza rara, tanto que daba asco verle.
El pobre mercader se llevó las manos a la cabeza.
—¡Et! Digo, ¡Kito! ¡Él es búho! ¡Es uno de los Cuatro de Ibaraki!— Señaló con su dedo. —¡MIERDA! ¡MIERDA! Mi esposa no debe darse cuenta de esto, ¡NI ELLA NI NADIE DEL PUEBLO!— Exclamó a viva voz.
—He...he...— No sabías si reía y lloraba. —Mátenme si quieren ¡UGHHHHHHHH! Ahhh, ahhh. Pe-pepero, pagarás por esto quieras o no... Rao...
![[Imagen: 7FT8VMk.gif]](https://i.imgur.com/7FT8VMk.gif)
