27/01/2020, 15:52
Aquel lugar me traía recuerdos agridulces. Por una parte allí me había encontrado con Yuuna por primera vez. Pero por otro lado... Había sido un idiota insensible.
De cualquier modo, las cosas iban bien con Yuuna ahora y aquello quedaría tan solo como otra anécdota mas de mi estupidez. Una de las muchas que podía contar sobre aquella aventura.
Suspiré mientras lo rememoraba. Cuanto me había cambiado aquella experiencia. O quizás había sido la propia Yuuna. Quizás su insistencia en que yo no era tan malo como veía me estaba afectando positivamente.
Gracias a eso había aprendido que no era el yo del espejo en el que tenia que fijarme, si no el yo que se reflejaba en los ojos de los demas. En los ojos de mi padre o de mi madre, o en los ojos de la propia Yuuna. Al final, esos ojos ven cosas que uno no puede ver de si mismo.
Por otro lado... ¿Que vería si me fijaba en los ojos de Sakura? Había evitado mirarla a la cara desde entonces. Es mas, había evitado pasar tiempo en mi casa desde entonces. Y también, había cambiado el tatuaje de mi pecho.
Volví a suspirar. Aún así, con todos mis nuevos problemas, me sentía bastante feliz.
¿Que tenia que ver todo aquello con el hecho de estar en aquellas ruinas en ese momento? Pues absolutamente nada, por que no estaba allí por el mero recuerdo.
Lo que pasaba era que, por aquél entoces descubrí que había gente que asaltaba aquel lugar y se llevaban partes de las armaduras y objetos que nuestros ancestros habían olvidado llevarse en su viaje al más allá.
Y ahora... Quería que eso se detuviera. Quizás para muchos aquellas memorias no valían nada, quizás por eso aquello estaba abandonado y olvidado.
De hecho, seguramente debería aprovechar el tiempo que Yuuna pasaba en la academia para hacer alguna misioncilla de las facilitas. Sin embargo algo me había llevado hasta allí para detener los robos de las armaduras.
O tal vez... Tal vez hubiese otro motivo.
De cualquier modo, las cosas iban bien con Yuuna ahora y aquello quedaría tan solo como otra anécdota mas de mi estupidez. Una de las muchas que podía contar sobre aquella aventura.
Suspiré mientras lo rememoraba. Cuanto me había cambiado aquella experiencia. O quizás había sido la propia Yuuna. Quizás su insistencia en que yo no era tan malo como veía me estaba afectando positivamente.
Gracias a eso había aprendido que no era el yo del espejo en el que tenia que fijarme, si no el yo que se reflejaba en los ojos de los demas. En los ojos de mi padre o de mi madre, o en los ojos de la propia Yuuna. Al final, esos ojos ven cosas que uno no puede ver de si mismo.
Por otro lado... ¿Que vería si me fijaba en los ojos de Sakura? Había evitado mirarla a la cara desde entonces. Es mas, había evitado pasar tiempo en mi casa desde entonces. Y también, había cambiado el tatuaje de mi pecho.
Volví a suspirar. Aún así, con todos mis nuevos problemas, me sentía bastante feliz.
¿Que tenia que ver todo aquello con el hecho de estar en aquellas ruinas en ese momento? Pues absolutamente nada, por que no estaba allí por el mero recuerdo.
Lo que pasaba era que, por aquél entoces descubrí que había gente que asaltaba aquel lugar y se llevaban partes de las armaduras y objetos que nuestros ancestros habían olvidado llevarse en su viaje al más allá.
Y ahora... Quería que eso se detuviera. Quizás para muchos aquellas memorias no valían nada, quizás por eso aquello estaba abandonado y olvidado.
De hecho, seguramente debería aprovechar el tiempo que Yuuna pasaba en la academia para hacer alguna misioncilla de las facilitas. Sin embargo algo me había llevado hasta allí para detener los robos de las armaduras.
O tal vez... Tal vez hubiese otro motivo.