28/01/2020, 14:33
Tras un terrible combo que dejó al samurái sangrando este se puso en guardia, mirando fijamente a los dos genins. En ese momento Takumi se percató de que la cabeza de una niña asomaba por encima del Doryūheki que taponaba la cueva, tenía que ser la hija de la señora.
—¡Chica, ahora vamos a rescatarte! ¡Aguanta!
Mientras Kisame se posicionó a la espalda del marionetista, tenía más capacidad ofensiba que el marionetista, pero podía proporcionar muy buen apoyo desde la retaguardia. Ya con el amejin posicionado el secuestrador fijó su vista en el kazejin y se lanzó hacia él con su katana en lo alto tras lanzar en parábola un par de shurikens.
El genin de Uzu intentó razonar rápidamente, sabía que con su marioneta podía parar los shurikens y no le harían daño alguno, pero quedaría expuesto a un tajo enorme. En cambio, si recibía las estrellas podría redirigir a Mono contra el viejo para parar su ataque aunque sea. Pero había otra opción mejor incluso.
—¡Kisame-kun! ¡Muro a los shurikens!
Confiaba en que su compañero pudiera formar un muro lo suficientemente rápido como para detener los shurikens, de lo contrario le iban a impactar de lleno en la espalda. Tras solicitar ayuda a su compañero se posicionó cara al secuestrador, el cual venía cargando un gran tajo en guardia alta. Takumi dirigió a su marioneta contra el abdomen desprotegido del samurái, sabía que este lo podía detener fácilmente, pero al menos no llegaría hasta una distancia que le permitiese cortar al joven.
—¡Chica, ahora vamos a rescatarte! ¡Aguanta!
Mientras Kisame se posicionó a la espalda del marionetista, tenía más capacidad ofensiba que el marionetista, pero podía proporcionar muy buen apoyo desde la retaguardia. Ya con el amejin posicionado el secuestrador fijó su vista en el kazejin y se lanzó hacia él con su katana en lo alto tras lanzar en parábola un par de shurikens.
El genin de Uzu intentó razonar rápidamente, sabía que con su marioneta podía parar los shurikens y no le harían daño alguno, pero quedaría expuesto a un tajo enorme. En cambio, si recibía las estrellas podría redirigir a Mono contra el viejo para parar su ataque aunque sea. Pero había otra opción mejor incluso.
—¡Kisame-kun! ¡Muro a los shurikens!
Confiaba en que su compañero pudiera formar un muro lo suficientemente rápido como para detener los shurikens, de lo contrario le iban a impactar de lleno en la espalda. Tras solicitar ayuda a su compañero se posicionó cara al secuestrador, el cual venía cargando un gran tajo en guardia alta. Takumi dirigió a su marioneta contra el abdomen desprotegido del samurái, sabía que este lo podía detener fácilmente, pero al menos no llegaría hasta una distancia que le permitiese cortar al joven.