29/01/2020, 05:53
La niña no respondió al instante, en su lugar, alzó la cabecita y volteó a ver al paraje. La niña alzó la mano y señaló con su índice el horizonte.
Ella con sus manitas empujó a Daigo para que la soltase, pues quería ponerse de pie y regresar sobre sus pasos. Sin embargo, dado que no tenía calzado alguno para protegerse chilló de dolor al momento de apoyar nuevamente los talones en el suelo.
—¡Ahhg!— Cayó de rodillas, soltando una única y lastimera lágrima, pues sus ojos ya se habían casado de tanto llorar y no podían soltar más.
Sus calcetines blancos estaban manchados, no sólo del negro de la tierra, sino que además tenían suciedad amarillenta producto de las posibles ampollas reventadas. Por mucho que quisiese caminar, ella no iba a poder guiarles por su propio pie, más allá de señalar el rastro de sangre que ella cargaba.
Ella con sus manitas empujó a Daigo para que la soltase, pues quería ponerse de pie y regresar sobre sus pasos. Sin embargo, dado que no tenía calzado alguno para protegerse chilló de dolor al momento de apoyar nuevamente los talones en el suelo.
—¡Ahhg!— Cayó de rodillas, soltando una única y lastimera lágrima, pues sus ojos ya se habían casado de tanto llorar y no podían soltar más.
Sus calcetines blancos estaban manchados, no sólo del negro de la tierra, sino que además tenían suciedad amarillenta producto de las posibles ampollas reventadas. Por mucho que quisiese caminar, ella no iba a poder guiarles por su propio pie, más allá de señalar el rastro de sangre que ella cargaba.