30/01/2020, 15:24
¿Olvidar el tema del barco? Pero, ¿por qué tanta incomodidad con el asunto? ¿Tan desastroso había sido el atraque? Cuanto más se negaba Reiji en hablar, más curioso estaba él. No obstante, Reiji trastocó todos sus pensamientos cuando reveló que Hanabi le había contado su loca idea de proponerle como Uzukage.
—Vaya, ¿te lo ha dicho? —dijo, no con orgullo ni con ganas de echarse flores, sino más bien algo angustiado. Casi que hubiese preferido que eso se quedase entre Hanabi, el Consejo de Sabios y él. Que la gente empezase a saber que podía ser el próximo Uzukage no hacía sino añadir presión y carga sobre sus hombros. ¿Cómo podía permitirse ahora fallarles? ¿Cómo iba a repetir una de sus características cagadas? Se le quitaron las ganas de beber y todo—. Bueno, todavía no hay nada confirmado al cien por cien, ¿eh? De aquí a que se retire Hanabi, en muchos años, pueden pasar muchas cosas.
Llenó las copas de ambos y brindó con ellos, pero apenas bebió un sorbito.
—Ah, sí, el General. —Aquella ya era una conversación que le agradaba más—. Pues verás, apenas fue una semana después de que tú y Katsudon partieseis hacia el Hierro. Hanabi y yo nos fuimos hacia una playa preciosa que hay al este del Bosque de la Hoja, ¿sabes? A luchar donde no pudiésemos causar estragos serios.
»Oh, ¡tendrías que habernos visto! Vaya duelo, Reiji. ¡Vaya duelo! Hacía muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto de un combate. Porque normalmente o estás luchando por tu vida, cosa que o estás como una puta cabra o es imposible de disfrutar; o tienes que contenerte para no reventar por accidente a tu oponente. Pero con Hanabi fue distinto. ¡Ninguno de los dos tenía que pisar el freno! Lo dimos todo, hasta el último aliento. Fue precioso. Y justo, justo cuando terminamos…
»… Bakudan aparece. El General de Kurama.
—Vaya, ¿te lo ha dicho? —dijo, no con orgullo ni con ganas de echarse flores, sino más bien algo angustiado. Casi que hubiese preferido que eso se quedase entre Hanabi, el Consejo de Sabios y él. Que la gente empezase a saber que podía ser el próximo Uzukage no hacía sino añadir presión y carga sobre sus hombros. ¿Cómo podía permitirse ahora fallarles? ¿Cómo iba a repetir una de sus características cagadas? Se le quitaron las ganas de beber y todo—. Bueno, todavía no hay nada confirmado al cien por cien, ¿eh? De aquí a que se retire Hanabi, en muchos años, pueden pasar muchas cosas.
Llenó las copas de ambos y brindó con ellos, pero apenas bebió un sorbito.
—Ah, sí, el General. —Aquella ya era una conversación que le agradaba más—. Pues verás, apenas fue una semana después de que tú y Katsudon partieseis hacia el Hierro. Hanabi y yo nos fuimos hacia una playa preciosa que hay al este del Bosque de la Hoja, ¿sabes? A luchar donde no pudiésemos causar estragos serios.
»Oh, ¡tendrías que habernos visto! Vaya duelo, Reiji. ¡Vaya duelo! Hacía muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto de un combate. Porque normalmente o estás luchando por tu vida, cosa que o estás como una puta cabra o es imposible de disfrutar; o tienes que contenerte para no reventar por accidente a tu oponente. Pero con Hanabi fue distinto. ¡Ninguno de los dos tenía que pisar el freno! Lo dimos todo, hasta el último aliento. Fue precioso. Y justo, justo cuando terminamos…
»… Bakudan aparece. El General de Kurama.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado