1/02/2020, 17:46
(Última modificación: 1/02/2020, 17:48 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
La niña comenzó a tensar sus músculos con fuerza y a respirar agitadamente. Parecía estar conteniéndose de hacer algo, pero su rostro no daba demasiadas pistas dado que su cabello se lo tapaba mientras miraba a su padre, respirando cada vez más exageradamente, entrecortándosele con los llantos y las lágrimas que manaban de sus ojos. Alzó la sombría mirada hacia los genin mientras se levantaba, aún con el cabello tapándole los ojos y los puños cerrados, con los brazos pegados al cuerpo.
-Mi padre pensaba que si os mataba, podría vender luego vuestras pertenencias. Solemos hacer esto de vez en cuando cuando vemos que algún shinobi se acerca a la ciudad. Es nuestra forma de ganarnos la vida.No, no necesito vuestra ayuda. Él esperaba que os rendiríais y os subestimó, pero yo no lo haré... Así que iros antes de que cambie de opinión y os tenga que partir las piernas -Dijo la niña sin mirarles a la cara directamente, con la voz entrecortada por las lágrimas.
Kisame se sentía bastante mal y podía entender a Takumi, pero lo que su padre le había enseñado es que el camino ninja de la familia Taka era sobrevivir a toda costa por encima de cualquiera, y que una muerte en batalla nunca es en vano y siempre es honorable. Buscó las palabras adecuadas para transmitírselo al marionetista, intentando, con bastante éxito pero un gran esfuerzo, disimular lo afligido que se sentía por lo que acababan de hacer.
-Takumi, vámonos. Creo que quiere pasar los últimos minutos con su padre. No podemos llevarle al pueblo, ese hombre debe de pesar más de cien kilos y... Sólo míranos, ni siquiera podríamos moverlo. Unos mueren para que otros vivan, ese es mi camino ninja -Se limitó a decirle, dándole una palmada en la espalda.
-Mi padre pensaba que si os mataba, podría vender luego vuestras pertenencias. Solemos hacer esto de vez en cuando cuando vemos que algún shinobi se acerca a la ciudad. Es nuestra forma de ganarnos la vida.No, no necesito vuestra ayuda. Él esperaba que os rendiríais y os subestimó, pero yo no lo haré... Así que iros antes de que cambie de opinión y os tenga que partir las piernas -Dijo la niña sin mirarles a la cara directamente, con la voz entrecortada por las lágrimas.
Kisame se sentía bastante mal y podía entender a Takumi, pero lo que su padre le había enseñado es que el camino ninja de la familia Taka era sobrevivir a toda costa por encima de cualquiera, y que una muerte en batalla nunca es en vano y siempre es honorable. Buscó las palabras adecuadas para transmitírselo al marionetista, intentando, con bastante éxito pero un gran esfuerzo, disimular lo afligido que se sentía por lo que acababan de hacer.
-Takumi, vámonos. Creo que quiere pasar los últimos minutos con su padre. No podemos llevarle al pueblo, ese hombre debe de pesar más de cien kilos y... Sólo míranos, ni siquiera podríamos moverlo. Unos mueren para que otros vivan, ese es mi camino ninja -Se limitó a decirle, dándole una palmada en la espalda.