2/02/2020, 22:22
El kusajin aceptó la invitación también, nadie iba a decir que no a una oferta así en Notsuba para evitar los hostales de dudosa comodidad y salubridad.
—No habrá problemas... Además, creo que me vendría bien un poco de apoyo: necesito rendir cuentas de todo lo que paso y sería difícil hacerlo yo sola.
—Ya veo.
—Sin problemas, faltaría más.
Marcharon pues, un largo camino les separaba de su destino y pese a que estaba anocheciendo el genin de Uzu no se sentía muy inseguro, Takumi dudaba que a nadie se le llegara a ocurrir atracarles, eran dos shinobis quienes acompañaban a la mujer.
—Lamento que la caminata sea tan larga. La carroza quedo bastante dañada luego del asalto, por lo que mis compañeras tuvieron que llevarla al taller.
—No hay problema.
—Ya, casi que prefiero andar. Todo el día sentado en los interrogatorios me ha dejado muerto.
»Por cierto, mi nombre es Hanamura Kazuma, ¿Cuál es el suyo?
—Tamayo Mizuryu, y agradezco el habérmelos encontrado, —Se giró hacia el kazejin. —especialmente a ti, amigo.
—¿Eh? No fue nada de verdad. —Buscó quitarse importancia. —Hubiera sido de muy mala educación no ayudarla en aquel momento. Además como integrante del gremio conozco el valor de una marioneta y lo último que querría es verme en una situación similar. —Eso sí, que estaba deseoso de saber que contenía la caja se lo calló. Estaría muy feo admitir que la curiosidad ayudó a que tomara cartas en el asunto.
—No habrá problemas... Además, creo que me vendría bien un poco de apoyo: necesito rendir cuentas de todo lo que paso y sería difícil hacerlo yo sola.
—Ya veo.
—Sin problemas, faltaría más.
Marcharon pues, un largo camino les separaba de su destino y pese a que estaba anocheciendo el genin de Uzu no se sentía muy inseguro, Takumi dudaba que a nadie se le llegara a ocurrir atracarles, eran dos shinobis quienes acompañaban a la mujer.
—Lamento que la caminata sea tan larga. La carroza quedo bastante dañada luego del asalto, por lo que mis compañeras tuvieron que llevarla al taller.
—No hay problema.
—Ya, casi que prefiero andar. Todo el día sentado en los interrogatorios me ha dejado muerto.
»Por cierto, mi nombre es Hanamura Kazuma, ¿Cuál es el suyo?
—Tamayo Mizuryu, y agradezco el habérmelos encontrado, —Se giró hacia el kazejin. —especialmente a ti, amigo.
—¿Eh? No fue nada de verdad. —Buscó quitarse importancia. —Hubiera sido de muy mala educación no ayudarla en aquel momento. Además como integrante del gremio conozco el valor de una marioneta y lo último que querría es verme en una situación similar. —Eso sí, que estaba deseoso de saber que contenía la caja se lo calló. Estaría muy feo admitir que la curiosidad ayudó a que tomara cartas en el asunto.