4/02/2020, 20:36
—¿¡Estás bien!? —preguntó Yokuna, sin atreverse a moverse del sitio. Sus ojos seguían fijos donde hacía unos segundos había visto a aquella sombra. Pero el claro volvía a estar en silencio. La débil vocecilla de la malherida Ayame no consiguió llegar al Cazador.
La muchacha se levantó, y en un acto poco reflexivo, escupió una masa pegajosa de agua viscosa que también fijó los pies de Yokuna al suelo. El hombre, los ojos muy abiertos y en pánico, apenas tuvo tiempo de exclamar por un poco de cordura.
»¿¡Pero qué ha...!? ¡¡OUGH!! —El sonido de un golpe seco. Algo había arremetido también contra Yokuna, le había levantado del suelo, y le había arrojado de espaldas.. dejándolo pegado ahora de espaldas contra la técnica de Ayame de nuevo.
Solo que esta vez, parece que el sacrificio no había sido en vano.
—¡Mierda! ¡Joder! ¡Cooooño! —La voz de un hombre maldiciendo llegó a ellos desde algo más allá, aunque seguían sin verle. Cerca de donde había estado Yokuna, en el agua viscosa, había una marca circular que se retorcía. Algo de la sustancia había salpicado y se había quedado pegada a lo que parecía una esfera atada a una cadena.
La muchacha se levantó, y en un acto poco reflexivo, escupió una masa pegajosa de agua viscosa que también fijó los pies de Yokuna al suelo. El hombre, los ojos muy abiertos y en pánico, apenas tuvo tiempo de exclamar por un poco de cordura.
»¿¡Pero qué ha...!? ¡¡OUGH!! —El sonido de un golpe seco. Algo había arremetido también contra Yokuna, le había levantado del suelo, y le había arrojado de espaldas.. dejándolo pegado ahora de espaldas contra la técnica de Ayame de nuevo.
Solo que esta vez, parece que el sacrificio no había sido en vano.
—¡Mierda! ¡Joder! ¡Cooooño! —La voz de un hombre maldiciendo llegó a ellos desde algo más allá, aunque seguían sin verle. Cerca de donde había estado Yokuna, en el agua viscosa, había una marca circular que se retorcía. Algo de la sustancia había salpicado y se había quedado pegada a lo que parecía una esfera atada a una cadena.