5/02/2020, 00:02
— Claro, claro, no te preocupes. Vendré otro día, que esté abierto y pudiendo pagar, claro. De mientras le iré dando vueltas para venir preparada.
—Eso espero, seguro que cuando vuelvas, tengo un montón de ideas mas.
Ya tenía un montón. Muchas mas de las que le había mencionado. Aunque Yuuna me había parado los pies. Con razón, por supuesto.
— Muchas gracias por todo, Reiji-san. Y a ti también, Yuuna-san. Un placer haberos conocido y perdón por molestarlos en vuestro día libre. Espero volver a veros pronto, sea por negocios o por casualidad.
—No te preocupes, no ha sido ninguna molestia. Nosotros también esperamos volver a verte.
Quizás algún día, cuando Yuuna tuviese su bandana, incluso hacían una misión juntas. Quien sabe. El futuro era algo demasiado incierto para mi gusto.
—Yo también espero que nos volvamos a ver.
La chica parecía maja, aunque tampoco nos habíamos parado a conocernos mejor. No es, como ya había dicho, que tuviéramos nada mejor que hacer, pero parecía que aquella chica solo estaba interesada en el trabajo.
Y sabiendo como era el futuro, y habiendo estado tan cerca de perder el corazón, esos pequeños momentos de relax, tirados en el sofá del barco, cada uno a su rollo, pero juntos, eran un tesoro.
Uno que no estaba dispuesto a perder. Pero uno que sabía que no duraría mucho tiempo. No hasta que salvaramos a su madre. No hasta que Kurama estuviese encerrado para siempre.
Por eso, no esperé si quiera a que la chica desapareciera al girar una esquina, si no que seguimos nuestro camino, dejamos las cosas en casa y nos marchamos hacía el puerto.
—Eso espero, seguro que cuando vuelvas, tengo un montón de ideas mas.
Ya tenía un montón. Muchas mas de las que le había mencionado. Aunque Yuuna me había parado los pies. Con razón, por supuesto.
— Muchas gracias por todo, Reiji-san. Y a ti también, Yuuna-san. Un placer haberos conocido y perdón por molestarlos en vuestro día libre. Espero volver a veros pronto, sea por negocios o por casualidad.
—No te preocupes, no ha sido ninguna molestia. Nosotros también esperamos volver a verte.
Quizás algún día, cuando Yuuna tuviese su bandana, incluso hacían una misión juntas. Quien sabe. El futuro era algo demasiado incierto para mi gusto.
—Yo también espero que nos volvamos a ver.
La chica parecía maja, aunque tampoco nos habíamos parado a conocernos mejor. No es, como ya había dicho, que tuviéramos nada mejor que hacer, pero parecía que aquella chica solo estaba interesada en el trabajo.
Y sabiendo como era el futuro, y habiendo estado tan cerca de perder el corazón, esos pequeños momentos de relax, tirados en el sofá del barco, cada uno a su rollo, pero juntos, eran un tesoro.
Uno que no estaba dispuesto a perder. Pero uno que sabía que no duraría mucho tiempo. No hasta que salvaramos a su madre. No hasta que Kurama estuviese encerrado para siempre.
Por eso, no esperé si quiera a que la chica desapareciera al girar una esquina, si no que seguimos nuestro camino, dejamos las cosas en casa y nos marchamos hacía el puerto.