5/02/2020, 20:18
El Inuzuka, inquieto como una liebre en un coto abarrotado, clavó ambas manos en un sonoro golpe sobre la mesa. Con las mismas, aprovechó para levantarse, apoyado sobre ambas manos. Su ceño fruncido mostraba una clara ira, obviamente enfocada en las chicas que presentaban ese show.
—¿¡Dónde está Akane!? —preguntó.
Las chicas —Músculo y Cerebro— se miraron la una a la otra, y tras ello llevaron la mirada a la "jefa". Ésta sonrió, y llevó las manos hacia la tela, la cuál aún estaba tirada en el suelo. Se movió hasta ella, la tomó con la diestra y tiró de la misma para levantarla en un moño. Bajo la tela no había nada, y no titubeó en señalarlo con su otra mano.
—Como puedes ver, con el arte del ilusionismo, cualquier cosa puede desaparecer. Ya dejó de estar en algún lado, no está.
El rostro del Inuzuka pasó de la palpable ira a una mueca de confusión. Su ceño fruncido terminó por hacerse un garabato, hasta que alzó ambas manos, y terminó por explotar —¿¡PERO QUÉ COJONES...!?
No, el chico no entendía nada.
—Lo hemos hecho desaparecer, ya dejó de estar en Oonindo.
—¡PUES TRÁELO DE VUELTA! —bramó, iracundo nuevamente.
—L-lo... lo siento, pero... no es posible...
»Soy una experta en hacer desaparecer cosas, pero... no en hacerlas aparecer.
El Inuzuka ya no sabía si la chica se estaba quedando con él, o simplemente le estaba vacilando —¿¡QUÉ COJONES DICES!?
—¿¡Dónde está Akane!? —preguntó.
Las chicas —Músculo y Cerebro— se miraron la una a la otra, y tras ello llevaron la mirada a la "jefa". Ésta sonrió, y llevó las manos hacia la tela, la cuál aún estaba tirada en el suelo. Se movió hasta ella, la tomó con la diestra y tiró de la misma para levantarla en un moño. Bajo la tela no había nada, y no titubeó en señalarlo con su otra mano.
—Como puedes ver, con el arte del ilusionismo, cualquier cosa puede desaparecer. Ya dejó de estar en algún lado, no está.
El rostro del Inuzuka pasó de la palpable ira a una mueca de confusión. Su ceño fruncido terminó por hacerse un garabato, hasta que alzó ambas manos, y terminó por explotar —¿¡PERO QUÉ COJONES...!?
No, el chico no entendía nada.
—Lo hemos hecho desaparecer, ya dejó de estar en Oonindo.
—¡PUES TRÁELO DE VUELTA! —bramó, iracundo nuevamente.
—L-lo... lo siento, pero... no es posible...
»Soy una experta en hacer desaparecer cosas, pero... no en hacerlas aparecer.
El Inuzuka ya no sabía si la chica se estaba quedando con él, o simplemente le estaba vacilando —¿¡QUÉ COJONES DICES!?
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~