5/02/2020, 22:34
Akame se excusó, algo impropio de alguien con su fama y vistos sus últimos... movimientos. El shinobi apenas se movió del sitio. Si sonrió, Akame no pudo notarlo. Si se contrarió, tampoco. El Uchiha preguntó por su superior.
—Kurama-sama —dijo, sin problemas—. El próximo Emperador de Oonindo. —Se dio la vuelta y echó a caminar hacia el otro extremo del callejón como si no acabase de soltarle una bomba a Akame en toda la cara. Claro que, aislado como estaba el Uchiha, el shinobi ni siquiera sabía si las noticias sobre los Generales de Kurama que sí habían llegado a las aldeas habían permeado también hasta el País del Agua y entre las paredes de la guarida de ese grupúsculo de criminales en el que Akame se había permitido meter la cabeza—. Tendremos que salir de Yamiria y continuar un poco hacia el oeste. Mi señor te espera en otro lugar, yo sólo me he tomado la molestia de rastrearte.
¿Cuánto tiempo llevaba siguiéndole? Seguramente, días. Quizás semanas. Quién sabe. Desde luego, Akame no había notado nada.
No había notado a nadie.
—Kurama-sama —dijo, sin problemas—. El próximo Emperador de Oonindo. —Se dio la vuelta y echó a caminar hacia el otro extremo del callejón como si no acabase de soltarle una bomba a Akame en toda la cara. Claro que, aislado como estaba el Uchiha, el shinobi ni siquiera sabía si las noticias sobre los Generales de Kurama que sí habían llegado a las aldeas habían permeado también hasta el País del Agua y entre las paredes de la guarida de ese grupúsculo de criminales en el que Akame se había permitido meter la cabeza—. Tendremos que salir de Yamiria y continuar un poco hacia el oeste. Mi señor te espera en otro lugar, yo sólo me he tomado la molestia de rastrearte.
¿Cuánto tiempo llevaba siguiéndole? Seguramente, días. Quizás semanas. Quién sabe. Desde luego, Akame no había notado nada.
No había notado a nadie.