7/02/2020, 00:19
La observó con un poco más de detenimiento. Seguramente fuera un par de años más pequeña que él. Es posible que, incluso ni siquiera coincidieran en la academia, pero le resultaba familiar, posiblemente de haberla visto por la aldea, no era tan grande al fin y al cabo y todos los shinobis se habían visto alguna vez aunque fuera. No quiso alardear de su padre como otros harían, simplemente quiso ir al meollo de la situación. Aquel tipo quería que le echáramos una mano, aunque sus paisanos mantuvieran que era un patán y un mentiroso.
-Seguramente ni siquiera coincidiéramos en la academia, pero bueno, eso no es importante. He pensado varias cosas mientras se iba, pero la más fácil creo que va a ser esperar a la noche, por mucho que él diga, los animales salvajes atacan de noche. También podemos intentar buscarlo, pero eso es mas trabajoso. Soy un shinobi rastreador, así que podemos contemplar esa opción -Expuso con voz pausada y carente de cualquier sentimiento o sensación.
Se puso a comprobar las cosas que había en su portaobjetos, por si lo tenía todo. Algo muy común en él, pensar que quizás hubiera perdido algo o se lo hubieran robado. Al ser tan despistado y estar tan inmerso en sus pensamientos o cavilaciones, a menudo se le escapaban cosas pues prestaba toda su atención a muy pocas cosas. Dió un sorbo a su té y volvió a mirar a su nueva compañera para escuchar lo que opinaba sobre el rumbo de la operación. No iba a meterle prisa, parecía que estaba disfrutando de su comida que, a decir verdad, tenía una pinta deliciosa. Aquel tabernero seguramente no tuviera los mejores ingredientes pero si parecía tener experiencia en eso de alimentar a gente hambrienta. Era lo que se podía esperar de un pueblo agricultor como aquel. La cosecha no llegaría hasta pasado el verano, pero en aquel momento había algunas personas recogiendo algunas tempranas plantas por miedo al frío clima del invierno, o como consecuencia de él, por lo que durante el día sería peligroso actuar, si es que realmente era un peligro aquel animalito.
-Seguramente ni siquiera coincidiéramos en la academia, pero bueno, eso no es importante. He pensado varias cosas mientras se iba, pero la más fácil creo que va a ser esperar a la noche, por mucho que él diga, los animales salvajes atacan de noche. También podemos intentar buscarlo, pero eso es mas trabajoso. Soy un shinobi rastreador, así que podemos contemplar esa opción -Expuso con voz pausada y carente de cualquier sentimiento o sensación.
Se puso a comprobar las cosas que había en su portaobjetos, por si lo tenía todo. Algo muy común en él, pensar que quizás hubiera perdido algo o se lo hubieran robado. Al ser tan despistado y estar tan inmerso en sus pensamientos o cavilaciones, a menudo se le escapaban cosas pues prestaba toda su atención a muy pocas cosas. Dió un sorbo a su té y volvió a mirar a su nueva compañera para escuchar lo que opinaba sobre el rumbo de la operación. No iba a meterle prisa, parecía que estaba disfrutando de su comida que, a decir verdad, tenía una pinta deliciosa. Aquel tabernero seguramente no tuviera los mejores ingredientes pero si parecía tener experiencia en eso de alimentar a gente hambrienta. Era lo que se podía esperar de un pueblo agricultor como aquel. La cosecha no llegaría hasta pasado el verano, pero en aquel momento había algunas personas recogiendo algunas tempranas plantas por miedo al frío clima del invierno, o como consecuencia de él, por lo que durante el día sería peligroso actuar, si es que realmente era un peligro aquel animalito.