9/02/2020, 09:27
Hana no sabía que hacer en aquella situación, y desde su escondite Eri entendió que poco se había preparado contra técnicas ilusiorias. Observó como, tras su breve periodo de nervios, la chica hacía un muro tras de sí y le lanzaba un shuriken a uno de los sirvientes.
Valiente error.
La sombra se multiplicó al recibir daño, creando más copias que se acercaban con dolorosa lentitud hacia su objetivo, levantando el kunai y dispuestos a atacarla. Si miraba hacia atrás, de su muro asomaba una cabeza oscura, kunai en alto, dispuesto a perforar su pequeña e inocente cabeza.
Valiente error.
La sombra se multiplicó al recibir daño, creando más copias que se acercaban con dolorosa lentitud hacia su objetivo, levantando el kunai y dispuestos a atacarla. Si miraba hacia atrás, de su muro asomaba una cabeza oscura, kunai en alto, dispuesto a perforar su pequeña e inocente cabeza.