10/02/2020, 13:19
(Última modificación: 10/02/2020, 13:41 por Sasagani Yota. Editado 1 vez en total.)
OFF: Tomo la misión con hueco de rol.
Como cada mañana, Uzumaki Kiyomi tenía sus rojizos cabellos recogidos en una coleta, detrás de todo aquel montón de papeleo, ordenandolo y archivandolo alfabéticamente hasta que apareció Sasaki Reiji. Aquella Uzumaki era especial, especialmente cercana a los polluelos que surgían en el Remolino y, de algún modo, sentía la necesidad de cuidarlos como si fueran sus propios hijos. Por eso, cuando supo de las aventuras de Reiji lo tuvo en una estima aún más especial. La de Reiji era una de aquellas historias en las que el amor era el ganador.
Estuvo a punto de contestarle, llegó a abrir la boca, pero en ese preciso momento estaba llegando una de las últimas kunoichi que había abandonado la burbujita de la buena vida de la academia, Himura Hana. Al parecer, tanto Reiji como Hana ya se conocían, lo cual hizo que fuese todo más fácil e, incuso pudieron a Kiyomi se podían ir ambos a una misión, ya que ambos habían venido a aquel lugar para eso.
— Buenos días, chicos. Veo que ya os conocéis, ¿eh? Por mi no habrá problema y no creo que Hanabi-dono viese problemas tampoco viendo a dos shinobis como vosotros queriendo trabajar juntos así que, veamos...
La mujer se agachó y rebuscó entre los cajones de aquel escritorio.
— ¡Aquí está!
Su mano sujetaba un pergamino que extendió hasta Reiji, para que fuera él su portador.
— Espero que sea de vuestro agrado — dijo, sonriente.
Como cada mañana, Uzumaki Kiyomi tenía sus rojizos cabellos recogidos en una coleta, detrás de todo aquel montón de papeleo, ordenandolo y archivandolo alfabéticamente hasta que apareció Sasaki Reiji. Aquella Uzumaki era especial, especialmente cercana a los polluelos que surgían en el Remolino y, de algún modo, sentía la necesidad de cuidarlos como si fueran sus propios hijos. Por eso, cuando supo de las aventuras de Reiji lo tuvo en una estima aún más especial. La de Reiji era una de aquellas historias en las que el amor era el ganador.
Estuvo a punto de contestarle, llegó a abrir la boca, pero en ese preciso momento estaba llegando una de las últimas kunoichi que había abandonado la burbujita de la buena vida de la academia, Himura Hana. Al parecer, tanto Reiji como Hana ya se conocían, lo cual hizo que fuese todo más fácil e, incuso pudieron a Kiyomi se podían ir ambos a una misión, ya que ambos habían venido a aquel lugar para eso.
— Buenos días, chicos. Veo que ya os conocéis, ¿eh? Por mi no habrá problema y no creo que Hanabi-dono viese problemas tampoco viendo a dos shinobis como vosotros queriendo trabajar juntos así que, veamos...
La mujer se agachó y rebuscó entre los cajones de aquel escritorio.
— ¡Aquí está!
Su mano sujetaba un pergamino que extendió hasta Reiji, para que fuera él su portador.
— Espero que sea de vuestro agrado — dijo, sonriente.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa